Un equipo internacional de científicos ha analizado la relación entre los objetivos de reducción de emisiones de CO2 para la mitad de siglo y la probabilidad de lograrlos a largo plazo. El estudio que se publica hoy en Proceedings of the Nacional Academy of Science (PNAS) sugiere a los gobiernos deben centrarse en las reducciones para los próximos 40 años para evitar niveles de calentamiento peligrosos.
Científicos estadounidenses han calculado la velocidad a la que las especies animales y vegetales, y sus ecosistemas tendrán que adaptarse al cambio climático durante los próximos 100 años. El estudio, que se publica ahora en Nature, demuestra que los ecosistemas tendrán que trasladarse unos 420 metros al año para adaptarse al ritmo del calentamiento global.
Tras la Cumbre del Clima de Copenhague es hora de análisis y reflexión. Aunque el acuerdo de Copenhague no ha obtenido los resultados esperados, España afronta a partir del 1 de enero 2010 la Presidencia de la Unión Europea, una oportunidad para recuperar la iniciativa y la ambición en la lucha mundial contra el cambio climático. El informe Cambio climático tras Copenhague: prioridades de la Presidencia española de la UE, presentado hoy en el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) repasa las prioridades de los próximos seis meses.
Ente 1990 y 2005, se deforestaron 13 millones de hectáreas anuales en todo el planeta, lo que representa el 17% de las emisiones globales de CO2 al año. Por eso el nuevo acuerdo de Copenhague reconoce el papel crucial del Programa de Reducción de Emisiones causadas por la Deforestación y la Degradación de los bosques (REDD). Stewart Maginnis, director del Grupo de Medio Ambiente y Desarrollo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), desgrana para SINC todo lo queda por hacer.
Todas las esperanzas de científicos, organizaciones sociales, y políticos estaban puestas en el interminable final de la XV Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP-15). Pero el acuerdo de Copenhague, tal y como se esperaba, no ha sido posible. A pesar de ser un progreso por la casi unánime aceptación del acuerdo entre países, el documento no satisface ni a la Unión Europea, más ambiciosa con sus objetivos globales de reducción de emisiones de CO2. Los científicos deberán ser más firmes en expresar que el cambio climático es, sin duda, una realidad.
Fábrica cerca del centro de conferencias Bella Center en Copenhague.
A falta de la ratificación del Acuerdo de Copenhague a lo largo de la noche en el plenario de la Cumbre del Clima, la Unión Europea (UE) ya ha confirmado la existencia de un documento final, pero no es tan perfecto ni tan ambicioso como esperaba. Sin embargo, la UE ha señalado que “este acuerdo es mejor que no tener acuerdo”. Además de no ser vinculante, el acuerdo no tratará el tema de las emisiones hasta principios de año, y posiblemente se alargue hasta la próxima cumbre en México a finales de 2010. Por ahora, la aprobación de este texto no es unánime.
Mientras algunos líderes mundiales siguen debatiendo y buscando un equilibrio entre países industrializados y emergentes que en definitiva salve el Planeta, Barack Obama, presidente de EE UU, ya ha anunciado, antes de despedirse de la cumbre, que por primera vez los países emergentes se comprometen a reducir emisiones. Sin embargo, el acuerdo del que habla Obama no es legalmente vinculante.
Los países siguen sin ponerse de acuerdo, y de hecho las negociaciones se han complicado desde primera hora de la tarde, aunque la Unión Europea mantiene el recorte de emisiones de CO2 y sus números de la financiación. Brasil, y sobre todo China, son los países que más están dificultando el proceso, pero nada está decidido todavía. No hay nada perdido pero la noche será larga.