Investigadores del Instituto Universitario de Investigación en Gestión Forestal Sostenible han desarrollado una herramienta para la gestión del pino resinero (Pinus pinaster) de cara al cambio climático. Los científicos han tratado de plasmar las principales amenazas de esta especie con gran interés económico, sobre todo en el norte de la Península.
Durante las próximas décadas, el riesgo de incendios en verano aumentará en la Europa mediterránea. Así lo revela un estudio, dirigido por investigadores de la Universidad de Barcelona. Según los científicos, se espera que el efecto directo del cambio climático que regula la humedad del combustible (sequías que causan grandes incendios) predomine sobre el efecto indirecto del clima precedente (condiciones previas más cálidas o frías) que determina la cantidad y estructura del combustible.
El próximo 12 de marzo tres investigadores de la Universidad de Málaga emprenderán una nueva aventura. Inician una expedición al Ártico para acercarse al comportamiento de las algas en los ecosistemas polares, así como para analizar el efecto del cambio climático en estas plantas. Para su estudio cuentan con un laboratorio de cultivo único en España.
Hasta ahora se pensaba que los cambios en el tamaño corporal y los dientes habrían desempeñado un papel esencial en la multiplicación de especies de caballos durante los últimos 20 millones de años. Gracias al análisis de 140 especies –la mayoría extintas–, un estudio liderado por españoles demuestra que en realidad fueron las alteraciones que se produjeron en su entorno las que influyeron en la rápida acumulación de especies.
¿Hacia dónde se dirigen las emisiones de los incendios forestales en Chile? ¿En qué puntos de Europa se superan los niveles permitidos de contaminantes? ¿Cuánto dinero se pierde si fallan las previsiones de viento para las centrales eólicas? Las respuestas las tiene Copérnico, el programa europeo de observación de la Tierra más ambicioso de la historia. Sus responsables captan los datos con una constelación de satélites, que luego procesan y distribuyen sin coste a todo tipo de usuarios.
Los ecosistemas terrestres absorben una cuarta parte del dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, que emiten los humanos a la atmósfera. Ahora un equipo internacional de científicos, con participación de la Universidad de Valencia, ha comprobado que el factor dominante en la regulación de los sumideros de carbono a escala local es la disponibilidad de agua en el suelo, aunque a escala global estén influenciados por la temperatura.
Olas de calor, sequías, aumento del nivel mar, inundaciones y tormentas más frecuentes son algunos de los eventos climáticos extremos provocados por el cambio climático que padecen en la actualidad los países europeos. Según un informe publicado hoy por la Agencia Europea del Medioambiente, los efectos se seguirán notando en los ecosistemas, la salud humana y la economía si no se adoptan medidas políticas que los atenúen.
En muchos países del mundo aún se utiliza habitualmente la leña y el carbón y otros combustibles sólidos para cocinar, lo que perjudica la calidad del aire interior y exterior. Un nuevo estudio ha analizado la influencia de estas emisiones en la salud humana y en el clima, y concluye que la eliminación gradual de este tipo de cocción evitaría la muerte de 22,5 millones de personas hasta 2100 y ayudaría a reducir las temperaturas globales.
Científicos del Instituto Catalán de Investigación Química han sintetizado unos ‘ladrillos químicos’, llamados carbonatos cíclicos, que pueden transformarse fácilmente en valiosos fármacos, como los antigripales. La materia prima la constituyen compuestos sencillos y el CO2, un gas de efecto invernadero que se puede así transformar.
Los climatólogos Syukuro Manabe y James Hansen han sido premiados por la Fundación BBVA por sus aportaciones a los modelos para predecir el calentamiento global debido al incremento del CO2 en la atmósfera y su impacto en la temperatura terrestre. En la actualidad, sus trabajos siguen vigentes dado que los modelos actuales se basan en los que Manabe y Hansen desarrollaron hace décadas.