En comparación con marzo del año pasado, las últimas observaciones del satélite europeo Sentinel-5P muestran un acusado descenso en las concentraciones de dióxido de nitrógeno en grandes ciudades europeas como Madrid, Barcelona, París y Milán. Las medidas de contención para frenar la pandemia de COVID-19 están produciendo este efecto temporal positivo.
El satélite europeo Sentinel-5P ha detectado una caída significativa en las concentraciones de dióxido de nitrógeno en el norte de Italia entre febrero y marzo. La disminución de este compuesto, emitido por los vehículos, coincide con las medidas adaptadas para evitar el avance de la enfermedad, que han provocado una reducción del tráfico y las actividades industriales.
Científicos del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía y de la Universidad de Cádiz han captado por primera vez mediante imágenes satelitales de alta resolución las áreas del estrecho de Gibraltar donde hay clorofila, fitoplancton y otros microorganismos que sirven de alimento a las especies de la zona. La concentración de estos nutrientes está asociada a las ondas internas que se producen bajo el Estrecho, donde interactúan las aguas del Mediterráneo y el Atlántico.
La Agencia Espacial Europea ha lanzado este martes el satélite Sentinel 2-B, perteneciente al programa de vigilancia medioambiental Copérnico. Junto a su 'hermano' Sentinel 2-A, orbitará alrededor de la Tierra para captar perspectivas únicas de la superficie emergida y la vegetación gracias a sus cámaras multiespectrales de alta resolución. Los datos contribuirán a mejorar las prácticas agrícolas, vigilar los bosques, detectar la contaminación en lagos y aguas litorales, y elaborar mapas de desastres.
La nueva misión Sentinel-2 registra los cambios en la superficie terrestre con un detalle sin precedentes gracias a su alta resolución, novedosas capacidades multiespectrales, un ancho de franja de 290 km y ‘revisitas’ frecuentes de las tierras y las aguas. / ESA/ATG medialab
Esta madrugada se ha lanzado con éxito Sentinel-2A, el segundo satélite del sistema de vigilancia ambiental Copernicus. Esta iniciativa emblemática de la Unión Europea adquiere así la capacidad de obtener imágenes de alta resolución en longitud de onda visible. La misión monitorizará los cambios en la superficie terrestre, analizando los campos de cultivo, la cubierta vegetal y las aguas, aportando datos de gran utilidad para los equipos de conservación ambiental y de salvamento.
Esta madrugada despegará desde el Puerto Espacial Europeo, en la Guayana Francesa, el satélite Sentinel-2A. Se trata del segundo del programa europeo Copernicus y el primero que trabaja en luz visible. La misión está diseñada para monitorizar la superficie terrestre analizando la cubierta vegetal, las superficies agrarias, las aguas fluviales y las costeras, tomando datos de gran utilidad para los servicios de conservación y emergencia.