Un proyecto del CSIC examina un posible nuevo método de diagnóstico de COVID-19 basado en sensores de ADN que emiten fluorescencia en presencia del material genético del virus. Este procedimiento se podría aplicar a gran escala y rebajaría los costes de las técnicas de detección actuales.
La repentina merma del olfato y el gusto podría ser uno de los síntomas de COVID-19. No se trataría de la primera infección que produce alteraciones de las percepciones nasales, también causadas por traumatismos, tumores, abuso de drogas y exposición a toxinas.
Las ciudades han enmudecido y con ellas prácticamente toda actividad humana por la pandemia de COVID-19. Sin tráfico, fábricas, trenes, conciertos ni multitudinarios espectáculos deportivos, solo queda el ruido que emiten las entrañas del planeta. Así los revelan los aparatos instalados en toda la geografía española para medir los terremotos que se producen bajo nuestros pies.
La edad avanzada, ser varón y padecer patologías previas son factores asociados a una mayor mortalidad por coronavirus, pero podría haber otros, como la polución del aire. Vivir en zonas contaminadas parece hacer más vulnerables a sus habitantes, aunque las propias partículas nocivas también podrían llevar el virus.
Investigadores de la Universidad de Granada están desarrollando un dispositivo portátil para el diagnóstico precoz y seguimiento de la COVID19. Está basado en una matriz de biosensores de grafeno que detecta anticuerpos en las diferentes etapas de la enfermedad, lo que permitirá identificar pacientes asintomáticos, estudiar la evolución de los que tienen síntomas y determinar la inmunidad de los curados.
Los profesionales de atención primaria y los pacientes deberíamos sospechar de un posible caso de COVID-19 ante la aparición de síntomas ─no solo respiratorios─ y actuar en consecuencia. La clave no está en evitar repuntes, sino en poder atajarlos de forma precoz desde el sistema sanitario.
Comprobar la eficacia de la profilaxis preexposición frente al SARS-CoV-2 para evitar nuevas infecciones en el personal sanitario de los hospitales españoles es el objetivo del ensayo clínico promovido por el Ministerio de Sanidad, que evaluará el riesgo de desarrollo de la COVID-19 en 4.000 profesionales de 62 centros.
Una nueva investigación revela que las enfermedades cardiovasculares aumentadas por el tabaquismo están presentes en más del 30 % de las víctimas mortales por coronavirus. Los autores piden datos sobre este hábito en las personas afectadas y aconsejan que se prohíba la venta de tabaco durante la pandemia.
Varios tratamientos y vacunas contra la COVID-19 en fases más avanzadas podrían tener licencias exclusivas, lo que pondría en riesgo el correcto suministro y unos precios asequibles. La pandemia vuelve a poner sobre la mesa las críticas al actual sistema de patentes.
La ciudadanía dedicaría el 22,5 % de los presupuestos al sistema sanitario, tal y como recoge el primer estudio que analiza las demandas sociales de los servicios públicos durante la pandemia por COVID-19 en España.