En EE UU, las desigualdades sanitarias han aumentado con la recesión. Un equipo internacional de investigadores ha revelado que, por el contrario, los países europeos han evitado este efecto gracias a los sistemas de Seguridad Social.
En el Día Mundial de la Salud, la OMS recalca que ‘todo el mundo tiene un papel que desempeñar’ para alcanzar y mantener la cobertura sanitaria universal. Apenas un mes después de un histórico 8 de marzo, que ha marcado un hito en la visibilización de las contribuciones de las mujeres en todos los aspectos de la vida, es importante preguntarnos cómo es su situación en la salud pública y, más concretamente, cuál es su papel como investigadoras en este ámbito.
La precariedad en los medios se ceba con las periodistas: entre los miembros de las redacciones con estudios universitarios que cobran menos de 1.000 euros, el 85% son mujeres. Además, los hombres ostentan tres cuartas partes de los cargos de máxima responsabilidad gerencial y dos tercios de los puestos de toma de decisiones sobre los contenidos. Un estudio internacional con participación de investigadores españoles muestra datos sobre esta brecha de género.
De todas las personas que pidieron excedencias para cuidar a sus familiares en 2017, menos del 10% eran hombres. Tan solo un 4% de los padres reduce su jornada laboral para ocuparse de sus hijos, frente al 25% de las madres. ¿Por qué ellos dedican menos tiempo a cuidar? ¿Qué consecuencias tiene sobre las carreras profesionales de las mujeres? ¿Y sobre la educación de las nuevas generaciones? ¿Hay alguna esperanza de que esta desigualdad cambie?
Desde hace años las cifras de supervivencia del cáncer han mejorado notablemente, incluso para algunos de los tumores más mortales, como el de hígado o pulmón. Así concluye el estudio más amplio y actualizado de las tendencias en esta patología, publicado esta semana en la revista The Lancet. El trabajo recoge datos de 71 países desde el año 2000 hasta 2014.
Con el aumento de la esperanza de vida en España, se incrementa el número de personas mayores de 65 años. Sin embargo, existen desigualdades en función del nivel de estudios y el sexo. Un nuevo estudio demuestra que las personas con mayor nivel de estudios viven más y mejores años que las que no tienen estudios.
La múltiple discriminación a la que se ven sometidas las mujeres con discapacidad las hace más vulnerables a vivir situaciones de violencia y de exclusión social. Según un estudio de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, esta discriminación llega a vulnerar sus derechos fundamentales al negarles la posibilidad de ejercer la maternidad o de disfrutar la sexualidad con libertad.
La pobreza está vinculada a una peor salud, mayor índice de delitos y altos niveles de embarazos en adolescentes. El trabajo de Richard Wilkinson y Kate Pickett, que se sustenta en datos estadísticos, ha demostrado que una sociedad desigual es peor para todos, los que están en lo alto y en lo más bajo de la escala social, y que tiene profundos efectos en la salud psicosocial del conjunto de sus componentes.
Un equipo de investigación de la Universidad de Alicante ha realizado un estudio nacional sobre el estado de salud, los estilos de vida y el acceso a los servicios sanitarios de la comunidad gitana. El informe constata que las desigualdades son mayores en el acceso a servicios que no están cubiertos por el sistema público, como el dentista o la revisión optométrica.
Mujer joven, guapa, hipersexualizada y dependiente de un hombre. Es uno de los perfiles típicos de los personajes femeninos que aparecen en las carátulas de los videojuegos. Una investigación de la Universidad Complutense de Madrid ha analizado cómo se muestra a la mujer en estas carcasas, tras estudiar las ventas de 2011 y 2015 en España.