Un equipo de científicos de la Universidad de Valencia ha reconstruido la forma del cuerpo de un pez extinto a partir de sus fósiles, basándose en la morfología y locomoción de tiburones actuales. El hallazgo revela que dentro de los peces que nadan de forma continua y activa, los animales más grandes necesitan colas o aletas caudales proporcionalmente más amplias debido a la necesidad de compensar su pérdida de flotabilidad, como le ocurría a Dunkleosteus terrelli, el placodermo carnívoro de mayor tamaño descrito hasta el momento.