Algunos virus infectan las células en grupo, lo que les permite establecer relaciones entre ellos y ayudarse para atacar mejor. Así lo indica una nueva investigación de la Universidad de Valencia.
Los restos de un mamífero de hace 125 millones de años, encontrados en el yacimiento de Las Hoyas (Cuenca), han revelado las primeras pruebas evolutivas del pelaje en mamíferos. Esta imagen es una reconstrucción del mamífero Spinolestes, que, al igual que los modernos erizos, tiene una piel espinosa en su espalda como dispositivo de protección. / Óscar Sanisidro
Los restos de un mamífero de hace 125 millones de años, encontrados en el yacimiento de Las Hoyas (Cuenca), han revelado las primeras pruebas evolutivas del pelaje en mamíferos. Este hallazgo fósil, llamado Spinolestes, lucía una melena de pelos largos y la espalda cubierta por espinas finas, como los actuales erizos.
La secuenciación del genoma de 198 especies de aves que viven en la actualidad y dos grupos de crocodilios ha dado nuevas pistas sobre las relaciones evolutivas de las neoaves, un grupo que incluye a la mayoría de las aves modernas. El equipo internacional de científicos destaca la importancia de este avance, fundamental para profundizar en el conocimiento de los dinosaurios, sus antepasados directos.
El yacimiento de Las Hoyas, en Cuenca, es un tesoro de fósiles exquisitamente conservados, que revelan cómo eran las plantas y los animales de hace 125 millones de años. Dos nuevos trabajos describen un ala fósil con detalles inéditos de piel y tejidos blandos. Los científicos han descubierto cómo fue posible un proceso de preservación tan fino e infrecuente.
Algunos seres vivos establecen relaciones entre sí de las que se benefician mutuamente. Un ejemplo es la polinización, en la que los insectos contribuyen a la reproducción de las plantas y reciben alimento como recompensa. No obstante, este proceso afecta a algunas especies de abejorros debido al cambio climático y ha provocado un descenso de los recursos florales. Asimismo, ha obligado a insectos que polinizan flores con corolas de tubo largo a adaptarse y disminuir sus lenguas.
El esmalte que recubre nuestros dientes es el mismo que compartimos con otras especies de animales tetrápodos y peces. Sin embargo, hasta ahora se desconocía su origen. Un equipo internacional de científicos sugiere que un tejido –la ganoína–, hallado en las escamas de muchos peces fósiles y algunos primitivos que viven en la actualidad, es en realidad similar al esmalte. El hallazgo revela que el origen de este material dental se encuentra en peces ya extintos.
Un equipo internacional de científicos, liderado por la Universidad Autónoma de Madrid, ha estudiado las relaciones evolutivas de una especie excepcional de gusano, Ramisyllis multicaudata, capaz de regenerar partes perdidas de su cuerpo. Según el trabajo, la clave para descifrar este particular patrón corporal parece ser la reproducción mediante estolones, lo que le hace estar evolutivamente más cerca de otros gusanos de pequeño tamaño, los sílidos.
La búsqueda de pareja por parte de los humanos, muchas veces frustrada por las limitaciones que nosotros mismos nos creamos, tiene sus costes y sus beneficios si se tiene en cuenta el resultado biológico final: tener hijos. Un experimento con pájaros demuestra que cuanto más ‘amor’ existe en la pareja, más probabilidades existen de que la descendencia sobreviva.
En la costa caribeña de la República de Panamá, cerca de la ciudad de Piña, se han encontrado fragmentos fósiles de unos seis millones de años de antigüedad que corresponden a una nueva especie extinta de delfín de río, llamada Isthminia panamensis. Según los científicos del Instituto Smithsoniano de EE UU, el hallazgo arroja luz sobre la evolución de las especies actuales de estos cetáceos de agua dulce.