Trabajos de seguimiento de las poblaciones residuales de laminarias. Foto: José Manuel Rico Ordás
Un reducto de laminarias en la costa asturiana. Foto: José Manuel Rico Ordás
Investigadores de la Universidad de Barcelona han utilizado trazadores biogeoquímicos para analizar la ecología trófica y espacial de los grandes depredadores marinos que se desplazan miles de kilómetros cada año. Su trabajo es portada en el último número de la revista Frontiers in Ecology and the Environment.
Investigaciones realizadas en Asturias concluyen que la diversidad de aves es más importante que su cantidad para la conservación de ecosistemas forestales. Además, han observado episodios de comportamiento coordinado de todos los organismos implicados en la dispersión de semillas, incluidos los árboles, que se traducen en una mayor capacidad de recuperación de bosques degradados.
El acebo (Ilex aquifolium) es un árbol abundante en los bosques secundarios cantábricos. Además de producir muchos frutos, su dosel perenne sirve de protección a los zorzales en invierno. Foto: Daniel Martínez.
El mirlo (Turdus merula) es una de las seis especies de zorzales dispersoras de semillas en los bosques cantábricos. Foto: Mario Suárez.
El análisis de fragmentos de carbón vegetal recogidos en la Tierra de Pinares (al norte de la provincia de Segovia) demuestra la persistencia milenaria de un paisaje que hasta ahora se consideraba de origen artificial. Según la investigación, que se publica en la revista The Holocene, el pino resinero está presente en esta comarca desde hace unos 6.000 años.
Describir 10 millones de especies en menos de 50 años es todavía factible. Esta ha sido la conclusión de un estudio internacional, con participación del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), que se ha basado en la solidez de 250 años de progreso científico, en excepcionales colecciones a lo largo del mundo, en reconocidos especialistas, y en la innovación tecnológica para llegar a estos resultados. Pero se necesitan 2.000 taxónomos para cartografiar la biodiversidad del planeta.
La sensación de riesgo de las presas influye en la descomposición de sus cuerpos cuando fallecen. Un equipo internacional de científicos demuestra que el papel que desempeña el predador modifica los procesos de regeneración del suelo de la misma forma que lo hacen los materiales derivados de las plantas.
Los paisajes desérticos con cactus columnares, llamados cardonales, podrían verse amenazados por el ganado ávido de comida y agua. En el desierto argentino, el ganado asilvestrado es responsable de serios daños en la corteza de los cactus. Así lo demuestra un estudio liderado por ecólogos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).