Hasta ahora se pensaba que los primeros cementerios ibéricos fueron los asentados en los concheros portugueses, en los estuarios de los ríos Tajo y Sado. Pero la datación de los restos óseos de diez de los quince individuos enterrados en la necrópolis de El Collado en Valencia confirma que este conjunto funerario es el más antiguo de la península ibérica, con una antigüedad comprendida entre los 9.500 y 8.500 años.