El radiotelescopio ASKAP de Australia ha detectado la más antigua y distante explosión de ondas de radio cósmicas registrada hasta ahora: FRB 20220610A. Desde Chile, con el Very Large Telescope se ha localizado su fuente en un grupo de galaxias cuya luz ha tardado 8.000 millones de años en llegar hasta nosotros. El descubrimiento confirma que estos misteriosos estallidos se pueden usar para 'pesar' el universo.
Utilizando potentes radioantenas en China y EE UU, un equipo de astrónomos ha detectado a FRB 20190520B, una ráfaga rápida de radio que se repite desde una galaxia enana. Sus diferencias con otros pulsos de radiación de este tipo pueden afectar a cómo se utilizan para analizar el medio intergaláctico.
Desde que se descubrieron en 2007, los astrofísicos buscan la fuente de unas potentes explosiones de radio cósmicas llamadas FRB que duran tan solo unos milisegundos. Ahora tres estudios independientes confirman que una señal de este tipo observada dentro de la Vía Láctea procede del magnetar SGR 1935 + 2154, una estrella de neutrones con un potentísimo campo magnético situada a 30.000 años luz.
El radiotelescopio canadiense CHIME ha detectado la segunda ráfaga de radio rápida y periódica encontrada hasta ahora en el universo. La mayoría de los astrónomos considera que estas misteriosas señales las producen fenómenos astrofísicos muy potentes a miles de millones de años luz de distancia, pero hay una minoría que no descarta una fuente tecnológica extraterrestre.
Con la ayuda de potentes radiotelescopios un equipo de astrónomos ha logrado localizar por primera vez la galaxia donde se ha producido una explosión de radio rápida o FRB, un tipo de flash muy infrecuente del que apenas se conocían una quincena. Gracias a la señal se ha detectado material escondido entre la fuente de emisión y la Tierra. Esto permite ‘pesar’ el universo, o al menos la materia normal que contiene.