Un trabajo internacional se ha centrado en dos lagos del norte de la provincia de León para realizar el primer trabajo científico sobre las condiciones ambientales que sucedieron a finales de la última edad de hielo, o último máximo glaciar como se denomina técnicamente. El estudio estableció las fases de la deglaciación (es decir, de la fusión del hielo a partir del último máximo glaciar de la última glaciación) y reconstruyó el paleoambiente de la Cordillera Cantábrica desde hace 48.000 años hasta la actualidad.
El sistema de drenaje interno de la capa de hielo que cubre Groenlandia evita que se acelere el flujo hacia los océanos durante los veranos calurosos. Así lo revela una investigación europea publicada hoy en Nature. Sin embargo, los científicos niegan que la región helada esté “a salvo” del cambio climático.
Un grupo interdisciplinar de científicos de la Universidad de Zaragoza investiga desde hace ocho años el impacto del ser humano en la evolución y futuro de los ibones del Pirineo aragonés. Entre los factores de contaminación que están modificando el ecosistema natural de estos lagos destacan el importante volumen de desperdicios derivado de la presencia de turistas, la materia orgánica procedente de la ganadería de alta montaña, la suelta de peces y la presencia de metales pesados.
En la imagen se observa la grieta que comenzó a resquebrajar el glaciar el pasado 6 de julio (izda.) y cómo al día siguiente el bloque se había desprendido y el glaciar había retrocedido 1,5 kilómetros (dcha).
Infografía sobre el estudio de los glaciares de sal en el mar Rojo
Precipitado mineral producido por la difusión del CO2 en la superficie de los lagos salobres.
El estudio de la geomorfología es clave para obtener información sobre la evolución que ha experimentado un paisaje a los largo de miles de años, y también para conocer el impacto ambiental que genera una determinada actividad humana y los riesgos naturales que pueden producirse en un entorno.