Analizan en lagos los cambios que acabaron con el último máximo glaciar

Un trabajo internacional se ha centrado en dos lagos del norte de la provincia de León para realizar el primer trabajo científico sobre las condiciones ambientales que sucedieron a finales de la última edad de hielo, o último máximo glaciar como se denomina técnicamente. El estudio estableció las fases de la deglaciación (es decir, de la fusión del hielo a partir del último máximo glaciar de la última glaciación) y reconstruyó el paleoambiente de la Cordillera Cantábrica desde hace 48.000 años hasta la actualidad.

Un trabajo internacional pretende dar luz sobre los procesos de calentamiento del planeta, como el que sucede actualmente
Laguna de Villaseca, en la provincia de León, objeto de este estudio internacional sobre paleoclima. Foto: DiCYT

El objeto de estudio, realizado por el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS, por sus siglas en francés), las universidades de León y Valladolid y la Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León,son los paleolagos de Villaseca de Laciana y La Mata, ambos en el noroeste de la provincia de León.

Estas masas de agua estaban situadas en el límite noroeste de la cuenca mediterránea, y por tanto, en una zona de transición oceánica-mediterránea y proveen de información científica del último proceso de desglaciación, producido entre 20.000 y 18.000 años de la fecha presente. Los lagos se formaron durante esta fase de retirada de los hielos del último periodo frío.

La última glaciación extendió las capas de hielo en Europa por el norte de las islas Británicas, la península Escandinava, parte del norte del continente y diferentes sistemas montañosos como los Cárpatos, los Alpes, el Macizo Central francés y por la Cordillera Cantábrica y los Pirineos. En el extremo más occidental y más al meridional de esta línea de distribución se encuentran los paleolagos leoneses.

En el periodo comprendido entre hace 48.000 y 32.000 años de la actualidad, la superficie que ocupan los lagos estaba ocupada por un glaciar. En realidad, "toda la comarca de la Laciana estaba cubierta por este inmenso glaciar, el mayor de la península Ibérica, que se extendía desde el puerto de Somiedo hasta Páramo del Sil", explica a DiCYT José María Redondo, del Departamento de Geografía de la Universidad de León y uno de los participantes en el proyecto de investigación. En la zona que ahora ocupa la localidad de Villablino, indica el experto, "existían hasta 200 metros de espesor de hielo". El campo de hielo poseía dos lenguas desde Somiedo, una hacia Babia y otra, la principal, hacia el valle del Sil y alcanzaba hasta Leitariegos, explica el experto.

En el periodo de entre 48.000 a 13.000 años, aproximadamente, se produjeron tres procesos de desglaciación, recoge un artículo científico que el grupo de investigadores ha publicado recientemente en Palaeoecogeography, Palaeoclimatology, Paleoecology y cuyo primer autor es Jalut, del CNRS.

En la última se produjeron los mayores cambios sedimentarios y el drenaje de los lagos, en lo que supuso la última etapa de retirada de los hielos. En esta etapa se registró un incremento de la temperatura. José María Redondo explica que este proceso es importante para la reconstrucción paleoambiental de aquel periodo.

Conocer los procesos que dieron lugar a la retirada de esos glaciares y que permitió el actual periodo interglaciar "puede ayudar a comprender los cambios que se producen actualmente como algo normal a escala de tiempo geológico", apunta el experto. Según indica el investigador de la Universidad de León, "en realidad, el calentamiento de la Tierra comenzó hace 40.000 años".

En su trabajo de investigación, los expertos han empleado el análisis polínico para reconstruir las vegetaciones existentes en la zona en el periodo de estudio. De este modo, se sabe que durante el último periodo glaciar, dominaban el entorno de la actual Laciana los ambientes esteparios. Hace 15.000 años, los registros del polen indican un ligero calentamiento. Ya durante el Holoceno, la época geológica actual, se desarrollaron en el entorno bosques de robles y pinos.

Según refleja el trabajo de investigación, estas masas arbóreas configuraron el paisaje cantábrico hasta hace 2.000 años, aproximadamente. La actividad humana (minería y agricultura) y el fuego los destruyeron y favorecieron la extensión de brezales.

El equipo que hizo la investigación es multidisciplinar y comprendía a biólogos, geógrafos, geólogos... Los profesores José María Redondo y García de Celis, este último de la Universidad de Valladolid, realizaron el estudio del relieve. En el caso del CNRS, sus técnicos llevaron a cabo el análisis de los sedimientos para realizar las dataciones.

Fuente: DICYT
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