Los registros arqueológicos del uso del fuego durante el Pleistoceno Medio demuestran que los seres humanos ya intercambiaban técnicas de fabricación de herramientas, así como conocimientos para la creación del fuego.
Se obtienen datos que demuestran, en contra de lo asumido hasta ahora, que los primeros cazadores-recolectores de nuestra especie no evitaron las tierras del interior mesetario durante el Último Máximo Glacial.
Una falange de ciervo gigante encontrada en una antigua cueva de Alemania apoya la teoría de que estos humanos ya eran capaces de crear expresiones simbólicas de ‘arte’. Su autor raspó el hueso y lo hirvió antes de grabarlo con varios signos. Estos hallazgos, cada vez más frecuentes pero todavía raros, acercan el comportamiento neandertal al del moderno Homo sapiens.
Una bóveda craneal parcial y una mandíbula con parte de la dentición, halladas en Israel junto con restos de animales y herramientas, han llevado a los científicos hasta un nuevo tipo de Homo. Lo han denominado Nesher Ramla, como el lugar donde fue hallado.
Investigadores del Centro de Estudios del Patrimonio Arqueológico han descubierto en la Cova Gran de Santa Linya los restos de una mujer atribuidos a Homo sapiens, que vivió en el Prepirineo oriental a finales del Paleolítico Superior.
Científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana rebaten un estudio publicado en la revista PNAS en el que un diente de un herbívoro, hallado en el yacimiento chino de Fuyan cave, fue clasificado como humano.
La secuenciación de los genomas de los humanos más antiguos de Europa hallados en una cueva búlgara, así como los de una mujer en República Checa, confirman en dos estudios las estrechas interacciones de sus poblaciones. Los resultados reflejan lo tumultuosa que fue la historia temprana de los humanos modernos en Europa.
La respuesta a esta pregunta ha intrigado a los paleoantropólogos desde hace décadas. Pero gracias a la reconstrucción de las capacidades auditivas de fósiles neandertales, los científicos tienen ahora la prueba de que los humanos modernos no hemos sido los únicos en poder hablar.
Un equipo, con participación española, ha analizado las secuencias genéticas del cromosoma Y de neandertales y denisovanos, estrechamente relacionados evolutivamente con los primeros. Los resultados revelan, sin embargo, mayor similitud genética entre los neandertales y los humanos modernos, lo que deja a los denisovanos como un linaje de una raíz más antigua para este marcador genético.
Un trabajo del CSIC y el Centro Nacional de Investigación de La Evolución Humana ha reconstruido en 3D el tórax del niño de Turkana, el esqueleto de H. erectus más completo, datado en 1,5 millones de años. Este estudio revela que la forma estilizada del humano moderno, con tórax y pelvis estrecho, apareció más recientemente de lo que se pensaba.