Un equipo internacional de científicos, en el que participan investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha descubierto un nuevo grupo evolutivo de hongos. Denominado cryptomycota, su composición –organismos unicelulares muy pequeños y sin pared celular– sugiere que el grupo ocupa un estado intermedio en la cadena evolutiva fúngica.
El 11 de marzo de 1955 murió el científico escocés Alexander Fleming
Investigadores de las Universidades de Jaén, Granada y Tetuán, dirigidos por el profesor Matías Reolid Pérez, han descubierto afloramientos de bacterias y hongos fósiles con más de 160 millones de años en la Cordillera Bético-Rifeña, investigación desarrollada con un proyecto del Plan Propio de la UJA.
A pesar de estar de moda como bien de consumo, sobre todo en otoño, algunas especies de hongos son vulnerables y están amenazados. Siguiendo las líneas europeas, un grupo de investigadores españoles presentó en 2007, de forma voluntaria, una Lista Roja preliminar Hispano-Lusa de hongos. Desde entonces la lista ha quedado en el olvido junto a los hongos, que siguen sin protección oficial para su conservación.
El catedrático de Microbiología de la Universidad Pública de Navarra, Gerardo Pisabarro De Lucas, coordinará uno de los proyectos del Joint Genome Institute, de la Oficina de Ciencia del Departamento de Energía de EE UU, relacionados con la producción de biocombustible. El Grupo de genética y Microbiología dirigido por la catedrática Lucía Ramírez comparará la expresión de los genomas de 12 hongos para conocer qué estrategias utilizan estos organismos a la hora de degradar la lignina, un componente de los árboles y otras plantas cuya degradación es necesaria para que la celulosa se transforme en biocombustible.
Investigadores de la Sección Departamental de Ciencias de la Alimentación de la Universidad Autónoma de Madrid están trabajando en el estudio y la extracción de los compuestos beneficiosos que contienen las setas comestibles, para añadirlos a productos cárnicos y crear así productos cárnicos funcionales. A su vez están estudiando la biodisponibilidad de dichos compuestos beneficiosos.
Rana Litoria caerulea afectada por quitridiomicosis.
La contaminación química y biológica y la disminución de alimento por la sobrepesca favorecen la dispersión de agentes infecciosos en el medio marino y aumentan su patogenicidad en algunas especies marinas, según alerta un estudio mundial realizado por científicos de once países. El estudio, publicado el mes de octubre en la revista Diseases of Aquatic Organisms, describe cómo este factor ha tenido un efecto significativo sobre varias especiales animales y, de un modo particular, sobre las poblaciones de cetáceos y otros mamíferos marinos.