Un satélite del tamaño de un microondas, con el nombre de CAPSTONE, ha despegado rumbo a una órbita lunar única prevista para Gateway, la futura estación espacial de la NASA que respaldará su programa Artemis de exploración de la Luna.
Cielo visto desde el centro de España al amanecer del 24 de junio de 2022. / ROM (IGN)
La noche del 15 al 16 de mayo se podrá observar un eclipse total lunar desde gran parte del mundo, cuando la Tierra se interponga entre el Sol y nuestro satélite, que se oscurecerá y se teñirá de rojo. El fenómeno se conoce popularmente como luna de sangre. En España habrá que madrugar para verla.
Al igual que hacen las plantas en la Tierra, en nuestro satélite se podría producir oxígeno y combustible a partir de la radiación solar, el CO2 que emitan los astronautas y los compuestos del suelo lunar. Así lo plantean científicos chinos tras analizar las muestras que ha traído la nave Chang'e 5.
El presidente Vladimir Putin ha anunciado que continuará con el programa ruso en la Luna a pesar de las sanciones. Uno de los objetivos es enviar el aparato robótico Luna-25, cuyo lanzamiento está previsto para este verano.
Este año el rover de la misión ExoMars despegará hacia el planeta rojo, se pondrá en órbita lunar la misión Artemis I con una nave de la NASA y un módulo de servicio europeo, el telescopio Webb facilitará sus primeras imágenes y se presentará la siguiente promoción de astronautas de Europa. El director general de la Agencia Espacial Europea, Josef Aschbacher, lo ha explicado este martes en una rueda de prensa.
Hace más de 22 siglos los matemáticos griegos calcularon el radio de la Tierra y la distancia al Sol. Ahora estudiantes de ESO y Bachillerato han seguido sus pasos y, con la ayuda de sus profesores y las nuevas tecnologías, han llegado más allá, descubriendo asteroides y estrellas variables.
Kamo`oalewa o 2016 HO3 es un cuasisatélite rocoso que acompaña a la Tierra en su movimiento alrededor del Sol. Investigadores de la Universidad de Arizona (EE UU) han descubierto que refleja la luz solar como los minerales que se encuentran en la Luna, por lo que podría ser un fragmento desprendido de nuestro satélite.
Tras analizar el material lunar recogido por la sonda china el año pasado, los científicos han comprobado que procede de un magma que entró en erupción hace unos 2.000 millones de años, más tarde de lo que se pensaba. La duda ahora es cuál sería la fuente de calor.