Una investigación internacional ha identificado tres clases de moléculas aromáticas que impedirían a los mosquitos detectar a las víctimas de sus picaduras, al bloquear sus receptores de CO2. El hallazgo podría servir para controlar la propagación de dolencias como la malaria, el dengue o la fiebre amarilla, transmitidas por estos insectos.
Una variante genética disminuye un 30% el riesgo de malaria.
Los casos de malaria pueden reducirse gracias a una predisposición genética al suicidio celular. Un nuevo estudio, publicado hoy en la revista PLoS Genetics, identifica una reducción de casi un 30% de desarrollar malaria severa, una enfermedad que causa la muerte en aproximadamente un millón de personas cada año, en las personas con esta variante.
El 90% de los fallecimientos por paludismo se registra en África.
En vísperas del Día Mundial de la Malaria, que se celebrará el próximo 25 de abril, diferentes equipos científicos han descubierto propiedades antimaláricas en un conjunto de fármacos que impiden el desarrollo de células cancerígenas. Los proyectos, financiados por la Unión Europea (UE), tratan de frenar el avance de la enfermedad, que en 2009 causó 800.000 muertes.
Medicar de manera preventiva a los niños africanos los podría proteger contra la malaria.
Tratar de manera anticipada e intermitente la malaria infantil supone una ventaja adicional para la prevención de la enfermedad. Tres ensayos, realizados en Burkina Faso, Mali y Gambia (África) y publicados esta semana en la revista PloS Medicine, recomiendan un sistema apropiado para extender su tratamiento a la mayoría de las zonas del África subsahariana.
A pesar de los grandes avances alcanzados en los últimos años, se estima que en 2009 se produjeron 781.000 muertes debidas a la malaria. En la imagen, el parásito plasmodium.