¿Quién no comparte la imagen de los anticuerpos como una especie de “fuerzas armadas” contra las infecciones? Sin embargo, esta idea no hace justicia a todas las posibilidades de los anticuerpos, para los que la investigación ha desarrollado otra función fuera del organismo: la de detectores de enfermedades. Pero quizá lo más inesperado es que, para generarlos, los científicos utilizan híbridos creados a partir de células cancerosas y linfocitos B. Es parte del trabajo de investigadores de la Universidad de Oviedo, que acaban de comercializar en Europa un anticuerpo relacionado con el diagnóstico de un tipo de neumonía.
En la imagen, Marcos García Ocaña, en el laboratorio de la Unidad de Biotecnología Preparativa de la Universidad de Oviedo. Fotografía: FICYT.