Investigadores de la Universidad Rovira i Virgili, en Tarragona, han creado una nanoestructura tridimensional de trióxido de tungsteno con gran sensibilidad para la detección de gases. Esta nanoestructura ofrece una superficie muy elevada a la hora de reaccionar con gases como el hidrógeno, por lo que puede aplicarse en el desarrollo de sensores mucho más sensibles que los actuales.
Investigadores de la Universidad del País Vasco han participado en el desarrollo de una nueva ruta para producir carbino, cadenas de carbono extremadamente largas con propiedades mecánicas superiores a las del diamante y el grafeno. Para conseguirlo han utilizando nanotubos de pared doble como protector, ya que estas cadenas son muy inestables en condiciones ambientales.
Investigadores del centro gallego CiQUS y la Universidad de Oxford han analizado con técnicas de supercomputación el comportamiento de la membrana celular ante la presencia de nanotubos. Los resultados de las simulaciones pueden ayudar al diseño de nuevos canales biomiméticos y su posible aplicación en fármacos o biosensores.
Investigadores del Lawrence Livermore National Laboratories (EE UU) y la Universidad del País Vasco han insertado nanotubos de carbono en la membrana celular, de tal forma que pueden actuar como poros por los que circulan protones, pequeños iones e incluso ADN. Estos nanotubos se podrían usar como un 'andamio universal' que reproduzca las importantes propiedades de los canales protéicos de las membranas.
Investigadores de la Universidad del País Vasco han perfeccionado los revestimientos de algunas resinas mediante nanotubos de carbono. Estos revestimientos se usan en la fabricación de componentes para coches y aviones.
Nanotubos de carbono y de ciclopéptidos autoensamblables. / USC
Investigadores del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) y otras instituciones han desarrollado una nueva técnica para medir fuerzas muy débiles a escala molecular. Gracias al uso de nanotubos de carbono, el equipo ha logrado el mayor nivel de sensibilidad conseguido hasta ahora. Los resultados, que publica la revista Nature Nanotechnology, abren la puerta a realizar resonancias magnéticas a moléculas individuales.
Investigadores de la UNED, en colaboración con el CSIC, han dirigido una investigación donde analizan qué tipo de nanotubos de carbono son los más adecuados como agentes de contraste en las imágenes por resonancia magnética. Este estudio preclínico es un primer paso para el diagnóstico de enfermedades cardiovasculares.
Investigadores de la Universidad de Córdoba han ideado un procedimiento para covertir plásticos industriales en hidrógeno y nanotubos de carbono. El uso de un reactor donde se mezcla plasma y CO2 está detrás del proceso.
Un equipo de científicos liderados desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han desarrollado un micro-rotor de nitruro de silicio gracias al uso de este nanomaterial. La técnica podría servir para potenciar la miniaturización de dispositivos complejos.