El equipo suizo que ha desarrollado el nuevo dispositivo ya había logrado, con un sistema similar, que personas con paraplejia volvieran a caminar. Ahora lo ha aplicado con éxito a un francés de 62 años que tenía graves problemas de movilidad, causados por la enfermedad de Parkinson crónica. El neuroimplante ha permitido que camine con fluidez y que pueda subir y bajar escaleras sin caerse.
La Unión Europea finaliza este mes la financiación del monumental 'Human Brain Proyect' (Proyecto Cerebro Humano), uno de los mayores retos de la neurociencia del inicio de siglo. Gracias a la interacción entre esta disciplina, la informática, la ingeniería y las matemáticas, esta iniciativa internacional ha intentado modelar un cerebro virtual para lograr avances tecnológicos en medicina.
Investigadores europeos han identificado una importante relación entre una proteína llamada galectina-3 (gal3) y el párkinson. Como desempeña un papel crucial en el desarrollo y la progresión de esta enfermedad neurodegenerativa, podría ser una diana terapéutica de alto interés para su tratamiento.
Un estudio liderado por investigadores españoles ha demostrado, en macacos, que se puede administrar terapia genética frente a esta enfermedad neurodegenerativa en una zona específica del cerebro. Para lograrlo, han abierto temporalmente la barrera hematoencefálica con ultrasonidos focalizados.
Investigadores de EE UU y Alemania han comprobado, con más de mil personas, que un método denominado ‘ensayo de amplificación de la proteína alfa-sinucleína’ permite una detección temprana de esta enfermedad neurodegenerativa antes de que se produzca el daño cerebral.
Aunque se conoce que la inflamación puede suponer un factor crucial en la aparición y desarrollo de esta enfermedad, los factores genéticos, y su implicación en otros procesos fisiológicos como este, todavía suponen un mapa inexplorado. Una investigación del Instituto de Biomedicina de Sevilla profundiza sobre cómo afecta el proceso de neurodegeneración a los pacientes.
Con técnicas de reconocimiento de voz y aprendizaje automático, investigadores de Madrid y Zaragoza han desarrollado un sistema para identificar la enfermedad de Parkinson mediante el análisis de las risas grabadas a los pacientes.
Esta nueva tecnología, desarrollada en ratones, facilita la administración de fármacos terapéuticos para el tratamiento de patologías que afectan al sistema nervioso central. Lo consigue al atravesar de forma precisa la barrera hematoencefálica, encargada de restringir el paso de sustancias tóxicas entre la sangre y el cerebro.
Independientemente de cuales sean los primeros síntomas, las fluctuaciones motoras se hacen presentes en hasta el 80 % de las personas afectadas antes de los 5 años del inicio. / Wearbeard
Un nuevo estudio identifica varias proteínas alteradas en modelos animales con la forma temprana de esta patología neurodegenerativa. Esto abre la puerta al desarrollo de nuevos biomarcadores y terapias neuroprotectoras que detecten de forma precoz a las personas afectadas.