Un equipo de científicos de la Universitat Jaume I ha apostado por la lucha biológica contra la araña roja (Tetranychus urticae) como alternativa a los pesticidas, en un estudio sobre el tratamiento de esta plaga. Para ello han estudiado conjuntamente los patrones de cítricos resistentes a estos arácnidos.
Un estudio que cuenta con la participación del Museo Nacional de Ciencias Naturales incide en que, mediante el control biológico, algunas plagas se pueden controlar sin perjudicar el medio ambiente. En concreto, muestran la efectividad de la avispa Anaphes inexpectatus como arma natural contra el gorgojo del eucalipto.
Descubren la anisoplina, una nueva proteína producida por un hongo patógeno de insectos y ácaros que ofrece nuevas posibilidades en el diseño de herramientas biotecnológicas para el control de plagas. Este descubrimiento ha sido realizado por un equipo de investigadores de las universidades Politécnica y Complutense de Madrid.
Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia y el instituto catalán IRTA ha desarrollado un granulado que, diluido en agua y dispersado por las vides, ayuda al control biológico del cultivo de la uva. En concreto, las protege de la podredumbre que produce el hongo Botrytis cinerea.
Un equipo de investigación de la Universitat de València, junto a grupos de México y de los Países Bajos, y otro grupo de la Universidad de Navarra, ha encontrado evidencias de una interacción entre virus hasta ahora desconocida. Un tipo de virus (iflavirus) parasita a otro (baculovirus), utilizando sus partículas como medio de transporte y actuando por lo tanto como un autoestopista.
Un equipo de científicos de varios centros españoles confirma el vínculo entre los brotes de tularemia en humanos y las plagas de topillo campesino en Castilla y León. Durante los últimos 18 años, los brotes de esta enfermedad infecciosa en personas y las epidemias de topillos han coincidido en el tiempo y en el espacio, siendo la comarca de Tierra de Campos en esta comunidad autónoma una de las regiones más afectadas.
Parecen bolsas de gelatina que vagan sin rumbo por los océanos, pero algunas especies de medusas tienen una sorprendente habilidad para detectar la dirección de las corrientes oceánicas e, incluso, oponerse a ellas. Así lo confirma un estudio sobre el aparente libre errar de la medusa aguamala, típica de costas del norte de Europa y el Mediterráneo. El hallazgo permitirá mejorar la gestión de las plagas.
La mayor parte de los insectos herbívoros ataca a una sola especie de planta en todo el mundo y esta especialización aumenta hacia las zonas tropicales, a medida que la riqueza vegetal es mayor. Los investigadores que han publicado estos datos, tras analizar miles de especies en 13 países distintos, consideran que estos nuevos conocimientos sobre una relación tan esencial para la naturaleza como la que establecen plantas e insectos tienen repercusiones a la hora de estudiar el cambio climático o las plagas.
El nuevo sistema utiliza los signos de actividad de los roedores, en lugar de en capturas con trampas, para evaluar las poblaciones de topillo campesino. Este método mejora el seguimiento de los ejemplares y optimiza la gestión de las plagas. Esta especie causa importantes daños en la agricultura y puede provocar problemas de salud en personas.