Científicos españoles han analizado la respuesta a un mismo probiótico entre diversos grupos de población y han observado que es ‘altamente variable’. Las conclusiones, publicadas en el British Journal of Nutrition, destacan la necesidad de seleccionar probióticos específicos para cada tipo de población.
Investigadoras de la Universitat Politècnica de València han obtenido nuevos productos fermentados con bacterias probióticas a partir de licuados de cereales y frutos secos –lo que se conoce como leches vegetales–, que constituyen una alternativa a los yogures convencionales. Los productos están especialmente dirigidos a personas con problemas de alergia a la leche de vaca, intolerancia a la lactosa o al gluten, así como a niños y mujeres embarazadas.
Antonio Zarzuelo Zurita, investigador del Departamento de Farmacología de la Universidad de Granada, ha explicado en Salamanca la relación entre los microorganismos probióticos y la respuesta inmune del organismo ante determinadas enfermedades. Este experto ha señalado que, además de las aplicaciones habituales, que tienen que ver con patologías intestinales, los probióticos pueden tener utilidad para combartir problemas tan dispares como un resfriado o una dermatitis y que algunas líneas de investigación se están centrando en estos nuevos campos de estudio.
Investigadores del IPLA-CSIC han aislado dos enzimas efectivas contra Staphylococcus aureus, bacteria que produce diversos cuadros infecciosos en el ser humano y que es especialmente difícil de eliminar debido a la aparición de cepas bacterianas resistentes a los antibióticos. Por si fuera poco, es una importante fuente de contaminación de la leche y uno de los principales agentes causantes de mastitis en el ganado vacuno.
El Viceconsejero de Ciencia y Tecnología del Principado de Asturias, Herminio Sastre, ha suscrito esta mañana el Primer Proyecto Estratégico del Centro Nacional de Competencia de la Leche (CNCLeche). A continuación, ha anunciado que la firma del convenio de cooperación para la creación del Centro entre la Ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, y el Presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, se espera para antes de que finalice el año.
En la imagen, el Viceconsejero de Ciencia Herminio Sastre, a la derecha, junto a Miguel de las Heras, representante de una de las entidades que participan en el Primer Proyecto Estratégico de Investigación del Centro Nacional de Competencia de la Leche. Fotografía: FICYT.
Un grupo de investigación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha probado con éxito un nuevo tratamiento a base de bacterias lácticas en mujeres afectadas de mastitis, una inflamación del pecho asociada a la lactancia que constituye la primera causa médica del abandono de esta práctica.
La desinfección, aunque evita riesgos sanitarios, tiene desventajas. Los procesos térmicos a los que se somete la leche antes de comercializarla eliminan microorganismos que pueden originar enfermedades, pero también acaban con las bacterias beneficiosas. Para contribuir a compensar la muerte de los habitantes de la leche y conocer los efectos de nuevas bacterias beneficiosas que aún no están en el mercado, el Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA-CSIC) desarrolla varios proyectos científicos.
Bacterias de la especie Bifidobacterium animalis observadas al microscopio electrónico (el tamaño de la barra es de 5 micras). Fotografía cedida por el grupo de Probióticos, Prebióticos y Exopolisacáridos del IPLA-CSIC.