La Universidad Complutense de Madrid y el Museo Nacional de Ciencias Naturales analizan una serie temporal de redes tróficas de más de 20 millones de años. El estudio muestra cómo los cambios climáticos y corporales de los herbívoros provocaron una disminución de las presas disponibles para los depredadores, simplificando las redes tróficas.
Formas básicas de organización trófica que han estructurado en el artículo. De izquierda a derecha y de arriba abajo: Boreal, templada, semiárida, depauperada tropical estacional, y tropical húmeda. / Pedro Salgado
El clima determina el tipo de redes tróficas que encontramos en la naturaleza y las actividades humanas las empobrecen. Así lo confirma un estudio liderado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. A partir de la distribución geográfica y preferencias alimenticias de todos los mamíferos terrestres de gran talla del planeta, los autores encontraron que las comunidades se agrupan en seis tipos, en función de cómo son sus redes tróficas.
Un estudio español ha permitido reconstruir por primera vez las interacciones entre diferentes especies de grandes mamíferos de 27 redes tróficas terrestres del Pleistoceno en Europa. En algunas de ellas los humanos eran un elemento clave y estaban conectados a muchas especies como predadores, carroñeros o presas. Los resultados del trabajo revelan también que en esa época había más interacciones, seguramente por el mayor número de especies carroñeras en el ecosistema.
El concepto de 'coherencia trófica', relacionado con la estratificación de las conexiones en la naturaleza, determina la estabilidad de las redes alimentarias en ecosistemas tan complejos como las selvas amazónicas o los arrecifes de coral. Así lo recoge un estudio de investigadores de las universidades de Granada y la británica de Warwick.