Un nuevo método, desarrollado por investigadores de las universidades de Málaga y Reading (Reino Unido), permite probar diferentes plataformas robóticas antes de construirlas. El sistema ha sido validado en un brazo articulado al que se programan diferentes combinaciones en articulaciones o sensores para asistir en intervenciones quirúrgicas robotizadas. De esta forma, se convierte en un banco de pruebas para elegir las características más adecuadas antes de materializar un prototipo real.
Saltar sobre el agua es un modo de locomoción único que solo lo pueden realizar algunos artrópodos como los zapateros (Gerris lacustris). Ahora, un equipo internacional de investigadores ha dotado de esta capacidad a unos pequeños robots incorporando un mecanismo de catapulta invertida que les permite saltar sin sobrepasar la tensión superficial del agua.
Científicos estadounidenses han desarrollado un nuevo sistema que hace posible que una persona parapléjica estreche la mano o beba una cerveza gracias a un brazo robótico. El método se basa en la instalación de varios electrodos en las neuronas del corte parietal posterior, la zona del cerebro que determina el propósito de la acción. Esto facilita que los movimientos sean más naturales y armoniosos.
Investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid diseñan, en consorcio con otras instituciones nacionales, una nueva herramienta terapéutica de rehabilitación motriz para niños en la que un robot terapeuta social, interactivo y totalmente autónomo capaz de percibir las reacciones del paciente y determinar si hace correctamente sus ejercicios.
Concha Monje (Badajoz, 1977) es investigadora del Robotics Lab de la Universidad Carlos III de Madrid. Esta ingeniera industrial es una de las responsables del desarrollo TEO, un robot humanoide de 60 kilos que camina y manipula objetos. Autora de casi medio centenar de artículos científicos, ahora ha trasladado sus conocimientos al mundo del cine. En concreto, ha sido asesora científica en la película Autómata, protagonizada y producida por Antonio Banderas y dirigida por Gabe Ibáñez. Esta cinta de ciencia ficción explora un futuro donde los robots humanoides toman conciencia propia.
Investigadores de la Universidad de Málaga han diseñado un sistema para controlar de forma remota un robot con la voz. El método logra una alta tasa de reconocimiento de palabras y el control de la plataforma robótica en tareas de navegación, ventajas que abren la puerta a su futura aplicación en otros dispositivos, como sillas de ruedas. Además, opera en castellano.