La llegada de los antirretrovirales de gran actividad ha permitido mejorar el pronóstico y la calidad de vida de la mayoría de los pacientes infectados por VIH. Sin embargo, sin un buen cumplimiento del tratamiento, aumenta la mortalidad y la aparición de cepas resistentes. En España, según un estudio publicado en Gaceta Sanitaria, solo el 55% de los infectados por VIH toma correctamente su medicación.