Son baratos, no necesitan prescripción médica, su producción anual alcanza los miles de millones y no hay rincón en el mundo donde no se conozcan. Pese a eso, las cifras sobre nuevas infecciones por VIH y embarazos no deseados delatan cada año que el preservativo está infrautilizado. Tras 50 años sin novedades, diseñadores, científicos y sexólogos exploran nuevos materiales y estrategias para mejorar este producto y potenciar su uso.
Un equipo de empresas, universidades y centros de investigación europeos van a crear un sistema robótico con inteligencia artificial para asistir a las personas de la tercera edad dentro de casa. En el proyecto, denominado MOVECARE, participan la Universidad de Málaga, el centro tecnológico catalán EURECAT y el Servicio Extremeño de Salud.
El cuarzo ha sido considerado tradicionalmente por los arqueólogos como un recurso de escasa importancia, propio de sociedades arcaicas. Un monográfico de la revista Quaternary International, editado por la Universidad de Santiago de Compostela y el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social, demuestra la complejidad económica, tecnológica, social y simbólica del uso de este mineral en las sociedades prehistóricas, equiparable al uso del sílex.
Un periférico sustituye al ratón y al teclado para controlar el ordenador con la cabeza, y un software hace que personas con autismo puedan comunicarse con pictogramas. Estos son algunos de los desarrollos que ha puesto a punto Esther García Garaluz, cofundadora de la firma Eneso. La empresaria ha sido una de las ganadoras del premio de MIT Technology Review para innovadores menores de 35 años.
Jugar con la Game Boy, cuidar al Tamagochi, rebobinar la cinta de un casete con un boli o proyectar una película con el Cinexin eran acciones bien conocidas para las personas que hoy tienen más de 20 o 30 años. Las nuevas generaciones han sustituido esos ‘antiguos’ juguetes electrónicos por otros más modernos, pero sus usuarios siempre los guardarán en la memoria.
Jóvenes, más que preparados y con ideas renovadoras. Hombres y mujeres nacidos en España a partir de los años 80 están explorando las fronteras del conocimiento con innovaciones que permiten abrir nuevas industrias y contribuir al bienestar del planeta.
La investigadora española Luz Rello, de 31 años, con su equipo del Human-Computer Interaction Institute en Carnegie Mellon University, en Pittsburgh. Ellos son, de izquierda a derecha, Abdullah Ali, Jeff P. Bigham y Miguel Ballesteros. Imagen cortesía de Rello.
Nacido hace 29 años en el Amish Country (Pensilvania, EE UU), Joshua Harvey lleva las riendas del Laboratorio de Innovación de Kosovo de UNICEF. Allí, junto con su equipo, forma a adolescentes y jóvenes como emprendedores capaces de crear sus propias herramientas con las que salir de la pobreza, la exclusión y el conflicto.
Tomar el café que le despierta cada mañana, conectarse a internet sin necesidad de cables o incluso sobrevivir a disparos gracias a un chaleco, son acciones que serían imposibles de no haber existido las mujeres que contribuyeron a su invención.