El cuarzo ha sido considerado tradicionalmente por los arqueólogos como un recurso de escasa importancia, propio de sociedades arcaicas. Un monográfico de la revista Quaternary International, editado por la Universidad de Santiago de Compostela y el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social, demuestra la complejidad económica, tecnológica, social y simbólica del uso de este mineral en las sociedades prehistóricas, equiparable al uso del sílex.
Durante millones de años y hasta la generalización de la metalurgia, hace apenas unos milenios, la fabricación de herramientas líticas fue un aspecto fundamental de la economía y tecnología de las sociedades prehistóricas. Es por ello que su estudio resulta de enorme importancia para que los arqueólogos puedan comprender y reconstruir las sociedades pasadas.
El cuarzo es un mineral que los arqueólogos han considerado como un recurso de escasa importancia, propio de sociedades arcaicas, pese a ser uno de los minerales con mayor presencia en la corteza terrestre. Nuevos estudios, recogidos ahora en un monográfico que publica la revista Quaternary International, demuestran la complejidad económica, tecnológica, social y simbólica equiparable a la registrada en los grupos que habitaban otros territorios donde el sílex era un material frecuente, y al cual se le ha dado más valor. Estos resultados pueden considerarse como una prueba evidente de la flexibilidad y capacidad de adaptación de las sociedades prehistóricas a los cambios y condicionantes de los diversos territorios.
En estos estudios, el cuarzo se muestra como un recurso versátil. En este sentido, además de mostrar propiedades mecánicas y funcionales equiparables a las de otros materiales de buena calidad, el cuarzo tiene ciertas propiedades específicas como forma prismática o propiedades piezoeléctricas que lo dotaron de un valor simbólico y apotropaico para diferentes sociedades prehistóricas, como refleja la presencia de prismas y cristales de roca en numerosos ajuares megalíticos a lo largo de la Fachada Atlántica Europea.
"Los trabajos ayudan a romper con los paradigmas tradicionales de la disciplina, dejando claro el gran conocimiento que estos grupos prehistóricos tenían sobre las características de este material y las posibilidades que les ofrecía, llegando a desarrollar procesos de talla específicos que posibilitaron la obtención de piezas de indudable valor estético y simbólico, como puede ser la daga en cristal de roca de Montelirio (Valencina de la Concepción, Sevilla)", explica un comunicado de la Universidad de Santiago de Compostela, que ha editado dicho monográfico con la colaboración del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social.
Las investigaciones llevadas a cabo por los científicos que participan en estos trabajos abarcan un amplio marco cronológico y espacial, ofreciéndose casos de estudio de diversas regiones del planeta –Olduvai, Suecia, Nueva Zelanda o Foz Côa– y desde el Paleolítico Inferior hasta la Edad del Bronce.
Referencia bibliográfica:
Arturo de Lombera Hermida y Carlos Rodríguez Rellán "New approaches to the study of Quartz lithic Industries", Quaternary International, 424 (2016).
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