Un análisis de los sedimentos oceánicos revela un ciclo de 2,4 millones de años donde se conectan las órbitas del planeta rojo y el nuestro con variaciones en el clima y las corrientes del fondo marino. El estudio sugiere que remolinos gigantes en océanos que se calientan podrían contrarrestar el previsible estancamiento de la corriente del Golfo.
La Agencia Espacial Europea ha confirmado que Heritage ERS-2, después de observar la Tierra y un largo periodo de degradación orbital, se rompió en pedazos este miércoles al entrar en la atmósfera terrestre sobre el Pacífico norte. La previsión es que sus fragmentos se hayan quemado y, de momento, no se han reportado daños.
Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y el Instituto de Astrofísica de Canarias han analizado 2023 FY3, miembro de un grupo de asteroides que sigue trayectorias similares a las de nuestro planeta. Los resultados sugieren que podría colisionar contra él en los próximos 100 años, aunque por su tamaño, unos 5 metros, no se considera una amenaza.
El Servicio de Cambio Climático de este programa europeo revela que el año pasado la temperatura media se situó 1,48 ºC por encima de los niveles térmicos de referencia preindustriales, cerca del límite crítico de 1,5 °C planteado frente al calentamiento global.
Una misteriosa anomalía y otros cambios en el campo magnético terrestre quedaron grabados en granos de óxido de hierro de antiguos ladrillos de Mesopotamia, que se han podido datar gracias a los nombres inscritos de Nabucodonosor II y otros reyes, según un nuevo estudio de "arqueomagnetismo".
El estallido de rayos gamma GRB 221009A, procedente de una supernova a casi 2.000 millones de años luz, dejó su huella en la ionosfera superior de nuestro planeta, según un nuevo estudio europeo. Conocer mejor los efectos de este tipo de fenómenos puede proporcionar información sobre las extinciones masivas en la historia de la Tierra.
Una enorme colisión entre el antiguo protoplaneta Theia y la Tierra primigenia –Gaia– hace unos 4.500 millones de años podría haber formado distintas regiones en la capa intermedia de nuestro planeta, según sugiere un estudio internacional que ha utilizado simulaciones por ordenador y que destaca en su portada la revista Nature.
Un grupo internacional de científicos revela que la redistribución humana del agua existente bajo la superficie terrestre está provocando que la Tierra se incline más de lo normal. Concretamente, los investigadores sostienen que nuestro planeta se ha desplazado casi 80 centímetros hacia el este en el periodo comprendido entre 1993 y 2010.
El astrónomo griego Eratóstenes de Cirene calculó por primera vez el radio de nuestro planeta hace 23 siglos. Ahora, jóvenes estudiantes de España, Argentina y Nueva Caledonia se han unido para repetir el experimento y han obtenido una medida que se desvía solo unos 10 km del valor real.