Las emisiones de CO2 alteran la química de las aguas del océano, las acidifican y provocan daños en los organismos marinos, sobre todo a corales o moluscos, que construyen caparazones o esqueletos de carbonato cálcico. Así lo confirma un equipo de investigación español que ha analizado y reconstruido los cambios de acidez marina a lo largo de la historia de la Tierra. Los científicos concluyen que a finales del siglo XXI la acidificación llegará a condiciones sin precedentes de los últimos 40 millones de años.
Arrecife de corales.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha presentado hoy en la Cumbre del Clima de Copenhague la guía Acidificación de los Océanos – los hechos, que sintetiza los datos científicos más recientes acerca de este fenómeno y de la extinción masiva de especies marinas. La guía indica también qué medidas urgentes se deben tomar para contrarrestar su aceleración.
Plancton acidificado.
Especialistas en Ciencias del Mar de 26 países han pedido a los responsables de la elaboración de políticas que emprendan una acción inmediata para reducir drásticamente las emisiones de CO2 y para evitar que la acidificación de los océanos dañe gravemente los ecosistemas marinos. Así lo han advertido hoy en la presentación pública en Niza (Francia) de la Declaración de Mónaco.
El mar actúa como un amortiguador gigante del dióxido de carbono de la atmósfera y de los combustibles fósiles. Aunque se pensaba que el equilibrio químico del mar era inamovible, investigadores suecos y australianos han descubierto que el pH del agua de la superficie del mar ha disminuido en hasta un 25% desde el inicio de la industrialización, afectando la reproducción de la vida animal marina.
En Asturias las emisiones de CO2 han aumentado en los últimos años, y ya han rebasado la barrera del 15% del total de todo el país, según investigadores del Grupo de Subsuelo y Medio Ambiente de la Universidad de Oviedo. Frente a esta situación, existen diversos frentes y enfoques para luchar contra los gases que producen el efecto invernadero. Y uno de ellos es el almacenamiento geológico de CO2.