Los pequeños estados insulares en desarrollo corren el riesgo de desaparecer bajo el agua por el aumento del nivel del mar. Javier Arístegui, del Instituto de Oceanografía y Cambio Global de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, conoce bien los efectos del calentamiento global en los territorios isleños. El investigador participa en el próximo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU.
Las regiones antárticas son laboratorios naturales para estudiar la biodiversidad y el impacto del cambio climático. En la Antártida, algunos ecosistemas marinos son especialmente vulnerables a la acidificación del océano, causada por un exceso de emisiones de CO2 a la atmósfera. Estudiar los briozoos antárticos –invertebrados marinos que viven en colonias y forman esqueletos mineralizados– puede abrir nuevas perspectivas para comprender los efectos globales de la acidificación en los océanos.
Un estudio europeo demuestra que la acidificación del océano afecta a las bacterias marinas, ya que altera su metabolismo y estas se ven obligadas a invertir más energía para poder activar mecanismos bioquímicos capaces de contrarrestar el estrés que supone la acidificación. Así se publica en la revista Nature Climate Change.
Crean y albergan vida, a la vez que regulan todo el sistema climático de la Tierra. Los océanos son esenciales para nuestra subsistencia. Sin embargo, el aumento de las temperaturas está perturbando de forma sigilosa hasta lo más profundo de los mares. Poco a poco las consecuencias del cambio climático empiezan a percibirse en las especies marinas, la pesca, los modelos climáticos, y el nivel del mar, entre otros.
El Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo lidera el primer estudio a largo plazo sobre los cambios de los valores medios de variación de pH en el océano Atlántico, desde 1993 hasta 2013. Durante estas dos décadas, se ha observado una acidificación en todas sus masas de agua, presentando los mayores valores en profundidades por encima de 1.000 metros y los menores en aguas profundas.
Coral blanqueado en el fondo del oceáno. / Wikipedia
El aumento de la emisión de dióxido de carbono desencadenado por varias erupciones volcánicas en Siberia provocó la acidificación de los mares hace 252 millones de años. Un estudio demuestra ahora que esta pudo ser, en una espiral de fenómenos, una de las causas de la extinción masiva entre los períodos Pérmico y Triásico, en la que desaparecieron el 96% de las especies marinas y el 70% de las terrestres.
Mesocosmos instalados en aguas de Taliarte (Gran Canaria) cerca de las instalaciones de la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN). Fotos PLOCAN.
Mesocosmos instalados en aguas de Taliarte (Gran Canaria) cerca de las instalaciones de la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN). Fotos PLOCAN.