Todo indica que no existe vínculo entre las características de los rasgos faciales y el comportamiento violento en algunos hombres, según un estudio publicado en la revista PLOS ONE por un equipo internacional en el que participa el Departamento de Biología Animal de la Universidad de Barcelona.
Los niños y niñas que hacen uso de la violencia suelen provenir de familias conflictivas. La psicóloga Arantzazu Bellido ha trasladado esta hipótesis al País Vasco con encuestas a varias familias de Bizkaia. La investigadora da por probado que hay relación directa entre el comportamiento del niño y el entorno familiar. Así lo expresa en su tesis doctoral en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).