Un equipo científico internacional ha descubierto, por primera vez, el mecanismo que permite que los antibióticos β-lactámicos produzcan la muerte de Staphylococcus aureus resistente a la meticilina. Estos fármacos provocan la aparición de agujeros en la pared celular, que se agrandan durante la etapa de crecimiento hasta producir el colapso de esta y, como consecuencia, la muerte de la bacteria.