La Agencia Espacial Europea y el Observatorio de Calar Alto han firmado un acuerdo de colaboración para el uso exclusivo y en remoto del telescopio Schmidt de 80 centímetros que tiene este observatorio del norte de Almeria. El objetivo, detectar y estudiar objetos cercanos a la Tierra.
La lluvia de ‘estrellas’ de las Gemínidas ha llegado fiel a su cita de diciembre. La noche del 14 al 15 es la de su máxima actividad, y por tanto, el mejor momento para disfrutar de este espectáculo astronómico. Cada hora se podrán observar un centenar de estos brillantes meteoros, que proceden del asteroide o ‘cometa rocoso’ 3200 Faetón.
Capa nubosa alrededor de la Luna. También aparece en la ilustración la trayectoria realizada por la nave espacial LADEE. / Daniel Morgan y Jamey Szalay
En 2022 el asteroide Didymos se aproximará a la Tierra. No impactará contra nuestro planeta, pero será un buen momento para acercarnos y probar tecnologías que ayuden a desviar este tipo de objetos peligrosos. Una de las propuestas es la misión AIDA de la Agencia Espacial Europea y la NASA, un proyecto en el que se ha embarcado el profesor Adriano Campo Bagatin (Valencia, 1962) desde la Universidad de Alicante.
Los misteriosos puntos brillantes de Ceres son más de dos. / NASA
La cámara de la sonda Dawn de la NASA ha captado en febrero la presencia de dos enigmáticos puntos brillantes, uno más grande que el otro, en un mismo cráter del planeta enano Ceres. Podrían ser zonas ricas en sal o agua helada, o guardar alguna relación con un gélido vulcanismo. La llegada de la nave el próximo viernes ayudará a esclarecer este y otros secretos de Ceres.
Imagen de Ceres tomada por la nave Dawn el pasado 19 de febrero, donde se observan las dos enigmáticas manchas luminosas. / NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA
Meteorito con incrustaciones cristalinas en el metal, que se ha utilizado para investigar el magnetismo de cuerpos del sistema solar de hace 4,6 miles de millones de años. / The Trustees of the Natural History Museum (London)
Un estudio internacional, con la participación de una investigadora española, ha registrado por primera vez la información magnética que guardan desde hace miles de millones de años las nanopartículas cristalinas que aparecen en meteoritos procedentes de asteroides. Los resultados pueden ayudar a explicar la evolución de los campos magnéticos en cuerpos rocosos del sistema solar, como la Tierra y la Luna.