Convertir un signo de envejecimiento en un atractivo es la idea con la que una joven empresa asturiana está a punto de lanzar un nuevo producto a nivel internacional. A través de un procedimiento único, la compañía creará en unos minutos la pátina que recubriría el zinc de forma natural después de 40 o 50 años a la intemperie. El resultado llevará un color diferente a cubiertas y otros elementos arquitectónicos.
Infografía que muestra el centro de producción que la empresa está a punto de finalizar en Villallana (Lena), Asturias. Imagen cedida por Asturiana de Laminados.
Reducir el consumo de energía para el transporte, abandonar la dependencia de los combustibles fósiles y conseguir que el balance de emisiones de CO2 de los vehículos sea igual a cero. Éstos son los objetivos que guían el trabajo de los investigadores que dirige Gregorio Marbán Calzón en el INCAR-CSIC con sede en Oviedo (Asturias). Buscan un catalizador (elemento que incorpora sustancias que facilitan la reacción química) que, a partir de agua y biometanol, permita generar hidrógeno, un gas no contaminante que a su vez se convierte en la electricidad que puede impulsar los coches hacia el futuro.
Imágenes de microscopía electrónica de barrido de la malla metálica limpia (Fig. A) y de la malla recubierta por las partículas de óxido de cobalto (Figs. B, C y D). Imagen cedida por Gregorio Marbán.
Cada vez está más cerca el momento en que las herramientas más precisas que han existido nunca lleguen a los quirófanos: las nuevas tecnologías están “afilándose” para asistir al cirujano en la sala de operaciones y para hacer más sencillos, ágiles y precisos los pasos anteriores y posteriores a la intervención. Y en todos esos procesos trabajan investigadores de la Universidad de Oviedo y del Hospital de Cabueñes. Su último resultado de investigación es una herramienta que permite planificar de forma digital operaciones para colocar prótesis.
Rafael Pedro García Díaz, profesor de Expresión Gráfica en la Ingeniería de la Universidad de Oviedo e investigador del proyecto.
Cuanto más atrás queda el tiempo en que era habitual un contacto estrecho con los materiales de la naturaleza, más atractivos se vuelven. Y la madera lo sabe. Su utilización en vigas y techos ha dejado de ser un lujo propio de las casas de campo, y no se resiste a volver a la construcción actual como un simple decorado: una empresa asturiana ha creado el primer panel estructural de madera para uso en forjado desarrollado en España, que puede utilizarse tanto en nuevas construcciones como en casas y edificios rehabilitados.
Hablar de cilindros de laminación puede parecer una peculiar forma de cortejo entre ingenieros. Pero si el asunto trata de cómo está evolucionando desde Asturias la tecnología que está detrás de casi todos los objetos de acero que utilizamos, quizá no sea un tema tan lejano. El acero que compone desde una lata de refresco hasta las vigas de un edificio, oleoductos, coches o electrodomésticos ha pasado por un proceso de laminado. Y muchos de los “rodillos” que permiten fabricar el acero laminado en acerías de todo el mundo han salido de los talleres de Fundición Nodular, empresa fundada en Lugones en 1956 con una clara vocación exportadora y volcada en la innovación desde sus inicios.