El área de distribución del lince ibérico ha aumentado en los últimos años y con ella los puntos negros de mortalidad en carretera del felino. A partir de un algoritmo capaz de conjugar variables como la intensidad del tráfico, la velocidad media o el tipo de vegetación cercana, un equipo de investigadores, entre los que se encuentran miembros de la Universidad Complutense de Madrid, ha detectado que el 18,9% de los kilómetros evaluados en Andalucía se califican de alto riesgo para la especie protegida.
Si un tren de alta velocidad circula a 300 km/h por zonas poco urbanizadas, es posible que algunos animales se vean sorprendidos a su paso. Es el caso de las aves como urracas, palomas, cornejas o ratoneros, cuya mortalidad por atropello no se había analizado ni cuantificado científicamente hasta el momento. Un estudio ha permitido ahora obtener las primeras estimaciones.
Esta mañana la organización conservacionista WWF ha entregado en el Ministerio de Fomento un pen drive con casi 15.000 firmas recogidas en una ciberacción ‘Ni un lince más atropellado’. Hasta la fecha, doce linces han sido atropellados desde enero en cuatro puntos negros. Luis Suárez, responsable de especies de WWF, se ha entrevistado con Jorge Urrecho, Director general de Carreteras para exigir que se tomen medidas al respecto.