Las poblaciones de tortuga mora (Testudo graeca), una especie calificada como vulnerable y con riesgo de extinción, son capaces de tolerar el paso de las llamas si se produce con una periodicidad de tres decenios o más. Sin embargo, las ‘benjaminas’ son más sensibles y desaparecen tras cada incendio. Así lo revelan investigadores españoles que han analizado el impacto del incendio de la Sierra de la Carrasquilla (Murcia) de 2004 en estos reptiles.
Un equipo de biólogos de la Universidad de Florida (EE UU) ha analizado el caparazón de 15 tortugas boba (Caretta caretta) para entender su comportamiento a la hora de alimentarse. Los resultados, que se publican ahora en Biology Letters, indican que las tortugas son muy individualistas para seleccionar las rutas por las que viajan y para conseguir alimentos.