Los movimientos oculares o labiales que se producen en la conversación cara a cara no solo adquieren gran valor social, también cerebral. Por primera vez, una investigación internacional en la que participa la Universidad Complutense de Madrid revela que durante la comprensión del lenguaje el cerebro muestra una actividad diferente si recibe información visual de los movimientos faciales del interlocutor.
Un nuevo estudio recopila datos sobre millones de variantes genéticas comunes en más de 800.000 personas que podrían ser indicadores de riesgo en 25 trastornos neurológicos y psiquiátricos, como esquizofrenia, autismo, trastorno bipolar, depresión severa, TDAH, migraña o alzhéimer. Se trata de la más extensa investigación sobre factores genéticos compartidos en patologías del cerebro. El trabajo, que cuenta con participación española, se publica en Science.
Miles de niños y niñas en España necesitan terapias que no pueden esperar para potenciar su desarrollo neurológico. La neuropediatra María José Mas explica qué supone la falta de acceso a estos programas de prevención y cuidados especializados.
Para explicar el tamaño relativamente grande del cerebro humano se ha planteado que podría ser una respuesta a las relaciones sociales. Pero ahora un nuevo estudio apunta que los factores ecológicos, como la búsqueda y procesamiento de alimentos, tuvieron un papel más importante en la evolución y crecimiento de nuestro cerebro.
Un equipo de investigación internacional, con participación española, ha reconstruido la forma del cerebro de los neandertales y lo ha comparado con la de los primeros Homo sapiens. Los resultados muestran que hubo diferencias en el tamaño de los cerebelos de ambas especies, lo que indica que los humanos modernos tenían mayor capacidad para procesar información que los neandertales. Esta pudo ser la causa que contribuyó a su misteriosa y rápida desaparición.
Cuervos, carboneros y cascanueces no son tontos. Han evolucionado hasta tener capacidades sorprendentemente similares a las nuestras, desde la fabricación de herramientas hasta la creación de complejas redes sociales. Este libro de Jennifer Ackerman cambiará para siempre nuestra forma de ver a estas fascinantes criaturas.
El centro de investigación vasco BCBL ha demostrado cómo podemos anticiparnos a una palabra antes de ser pronunciada y completar así una frase sin necesidad de que el interlocutor la finalice. El experimento ha comprobado que la capacidad de predecir un término tiene relación con la habilidad del cerebro para construir mentalmente las frases a medida que las lee o escucha.
Un nuevo estudio en ratas revela el potencial de la resonancia magnética para detectar deficiencias en la conectividad cerebral antes de que aparezcan los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer. Las imágenes se procesaron para obtener un mapa de la conectividad estructural y funcional del cerebro. Los resultados mostraron que en los animales enfermos había un retraso en la capacidad de aprendizaje.
Los organoides son modelos de órganos in vitro obtenidos a partir de células madre. Gracias a ellos Guo-Li Ming, investigadora de la Universidad de Pensilvania (EE UU), descubrió que el virus del zika causaba microcefalia en recién nacidos. Ahora los emplea para entender enfermedades neurológicas como la esquizofrenia y el autismo.
En 2011 Ana Maiques cofundó Neuroelectrics con el objetivo de tratar el cerebro de manera no invasiva y personalizada. Hoy, su casco de lectura y electroestimulación cerebral se usa para medir la fatiga de los pilotos de la NASA y se está probando con pacientes en EE UU para el tratamiento de la epilepsia. Además, la firma está explorando su uso en enfermedades neurodegenerativas como el párkinson y el alzhéimer.