La exposición a la microbiota materna del recién nacido permite restituir los microrganismos beneficiosos en los partos por cesárea. Se necesitan más estudios para comprobar si esto se traduce en una protección frente al riesgo de enfermedades a corto y largo plazo.
Tras la queja de una madre española, en febrero de 2020 la ONU aconsejó a nuestro país que su sistema de atención a la maternidad mejore en el respeto a los derechos humanos. El tema polariza la opinión pública: mientras que los profesionales sanitarios afirman centrarse en hacer bien su trabajo, casi el 40 % de las mujeres percibió haber sufrido este tipo de violencia.
Investigadores españoles han desarrollado una nueva técnica que ayuda a predecir el éxito de la inducción al parto durante las primeras horas. Su avance ha sido distinguido con el Premio Jack Perkins, que reconoce anualmente el mejor trabajo publicado en Medical Engineering & Physics.
Un estudio prueba la relación entre el tipo de parto y el desarrollo psicológico posterior en los nacimientos múltiples. Sus autores, que defienden los beneficios del parto vaginal, afirman que la cesárea tiene un efecto de riesgo independiente y promueven su uso solo si hay problemas.
Las cesáreas son intervenciones relativamente frecuentes en las mujeres embarazadas, pero estas cirugías no lo son tanto en gorilas. Kera, una gorila preñada del zoo de Bristol (Reino Unido), tuvo que ser intervenida de urgencia hace dos semanas por un ginecólogo y profesor de la Universidad de Bristol. La cría, que aún no tiene nombre, se encuentra en buen estado de salud, y es, junto a su madre, la protagonista de la semana en #Cienciaalobestia.
En los nacimientos por cesárea los niños no se exponen al microbioma vaginal de la madre, lo que se ha asociado con un mayor riesgo de padecer enfermedades inmunológicas y metabólicas. Un estudio piloto ha conseguido, por primera vez, transferir parcialmente estas bacterias limpiando a los recién nacidos con una gasa incubada en la vagina de las progenitoras una hora antes del nacimiento.
La de partera es una ocupación crucial en la historia humana. La postura erguida, el gran cerebro y la forma del canal del parto del Homo sapiens hacen que las mujeres necesiten ayuda externa para parir, al contrario que la mayoría de las mamíferas. Hoy las comadronas aún marcan la diferencia entre la vida y la muerte, y garantizan el cuidado profesional de la salud de la madre y el bebé, no solo en países en vías de desarrollo.
Practicar ejercicio moderado tres veces por semana durante el segundo y el tercer trimestre del embarazo reduce a la mitad el riesgo de tener bebés con alto peso al nacer, conocidos como macrosómicos, y, por lo tanto, de tener un parto por cesárea. Este hallazgo ha sido publicado en el British Journal of Sports Medicine.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid concluyen que el ejercicio físico regular y supervisado por profesionales durante el embarazo reduce el porcentaje de partos instrumentales y por cesárea en gestantes sanas. Este hallazgo abre las puertas a la correcta utilización del ejercicio físico como un factor de mejora de la salud de la mujer gestante.
El riesgo de muerte materna es mayor entre las mujeres que se han sometido a una cesárea que no estaba indicada desde el punto de vista médico que entre aquellas para las que estaba médicamente indicada. Así lo indica un nuevo estudio publicado en la revista The Lancet que muestra que para mejorar los resultados médicos, la cesárea solo debe realizarse cuando exista un motivo médico.