Un equipo internacional de científicos, con participación española, ha constatado por primera vez que las ondas cerebrales lentas son las que tienen mayor peso en la toma de decisiones morales en las personas. Esta información es de gran interés para el desarrollo de vehículos de conducción autónoma, ya que se busca que los protocolos de conducción tomen decisiones de manera similar a como lo harían las personas.
Muchos de los problemas que presentan los vehículos autónomos están asociados con la ética. Por ejemplo, en caso de accidente, ¿el vehículo debe proteger a los peatones o a las personas de a bordo? Es una decisión difícil pero, ¿y si encima pudieran hackearlo? El matemático David Ríos y su equipo se ocupan de evitar que esto suceda.