Un radiotelescopio de Sierra Nevada detecta alcohol y azúcar en un cometa. / IRAM-30m radiotelescope/Nicolas Biver/Fabrice Noel
El espectómetro VIRTIS ha permitido registrar la abundancia de hielo de agua en el cuello del cometa 67P. / ESA
Este 13 de agosto se cumple un nuevo hito de la sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea, ya que el cometa 67P al que persigue se sitúa en el punto de su órbita más cercano al Sol, el perihelio. La nave se mueve en torno al cometa desde el 6 de agosto del pasado año, y uno de sus objetivos es estudiar la actividad de 67P según se aproxima a nuestra estrella.
La pequeña nave Philae, que en noviembre descendió desde la sonda Rosetta hasta el cometa 67P, ha detectado 16 compuestos orgánicos, algunos precursores de la vida y cuatro de ellos identificados por primera vez en los cometas. El estudio, con participación española, es uno de los siete artículos que publica esta semana la revista Science con datos de Philae.
La cámara OSIRIS de la sonda Rosetta ha detectado varios 'pozos' en el cometa 67P. Las observaciones han permitido determinar cuál es el origen de estas depresiones circulares halladas también en otros cometas. Al parecer se forman cuando se derrumba el techo de cavidades subterraneas, se sublima el material helado que queda expuesto y surgen chorros de polvo y gas.
Zonas con agua helada detectadas en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. / ESA/OSIRIS Team
La Agencia Espacial Europea ha anunciado que su misión Rosetta estará operativa hasta finales de septiembre de 2016, fecha en la que se intentará que la propia sonda se pose sobre el cometa 67P. Esta semana también se ha anunciado la detección de agua helada expuesta en algunos puntos de las superficie de este gélido objeto.
Capa nubosa alrededor de la Luna. También aparece en la ilustración la trayectoria realizada por la nave espacial LADEE. / Daniel Morgan y Jamey Szalay
Esta semana y la siguiente son las óptimas para observar el paso del cometa Lovejoy C/2014 Q2 por nuestros cielos gracias a que la Luna brilla menos. El espectáculo astronómico se puede disfrutar a simple vista, aunque con prismáticos y telescopios se podrá ver mejor la larga cola del cometa.
Cometa Lovejoy observado cerca del Observatorio del Teide la noche del 10 de enero de 2015. / Daniel López / IAC