La genotoxicidad implica alteraciones negativas en el material genético de una célula. En el caso de las aves es como si el manual que les indica cómo crecer, cantar, volar o funcionar correctamente se desorganizara o deteriorara.
Un estudio del IRB Barcelona arroja luz sobre el papel del daño al ADN en el ataque de las células cancerosas. El trabajo, llevado a cabo en la mosca Drosophila, desafía la hipótesis comúnmente aceptada de que la maquinaria de muerte celular tiene acción antitumoral.
Un equipo científico de España y Portugal ha descubierto un proceso de regeneración muscular, que se basa en la reordenación de los núcleos de las fibras musculares y que es independiente de las células madre. Este hallazgo mejorará la comprensión de la maquinaria celular implicada en la reparación muscular.
Las mitocondrias, que son las encargadas de suministrar la mayor parte de la energía para la actividad celular, se pueden volver disfuncionales en los viajes espaciales. Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de investigación internacional, que ha explorado cómo responden las células a esta situación y cuyos resultados pueden tener implicaciones en los estudios oncológicos en la Tierra.
Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares han descrito un fenómeno, denominado transporte reverso de electrones, clave para que la mitocondria se adapte a distintos tipos de alimentos. Una de las principales causas del daño celular en las enfermedades mitocondriales es la deficiencia energética, especialmente en los tejidos con mayor dependencia energética como son el cerebro, los músculos esqueléticos, el hígado o el corazón.
El misterio de por qué los elefantes no desarrollan apenas cáncer, teniendo 100 veces más células que los humanos, parece tener respuesta. Un equipo científico de EE UU ha descubierto que estos animales tienen 38 copias modificadas adicionales (alelos) del gen que codifica la proteína p53 –que funciona como un inhibidor de tumores– en comparación con las personas, que solo cuentan con dos.
Investigadores de la Universidad de Almería han aplicado una nueva técnica para cuantificar una de las enzimas que defienden al organismo de sustancias dañinas que pueden ocasionar enfermedades cancerígenas o degenerativas como párkinson o alzhéimer.