Se trata de una molécula llamada interleuquina-6, de elevada presencia en obesos y diabéticos. Los resultados experimentales demuestran una mejora de sensibilidad a la insulina y absorción de la glucosa, así como un aumento de la expresión de importantes genes relacionados con el metabolismo de las grasas.
Una madre suministra a su hija una dosis de insulina en un hospital del sur de la India.
Científicos del Instituto Karolinska (Suecia) han descrito en dos recientes estudios que el receptor denominado ALK7, desempeña importantes papeles en la regulación de la acumulación de grasas en el organismo, así como en la liberación de insulina de las células beta pancreáticas. Estos hallazgos tienen implicaciones para el desarrollo de tratamientos contra la diabetes y la obesidad.
Un año después de que investigadores británicos relacionaran por primera vez un gen -el FTO- con un mayor riesgo de obesidad, un equipo internacional descubre nuevas variaciones genéticas que hacen que las personas adultas que las presentan pesen hasta 3,8 kilos más.
La diabetes es la causa más frecuente de insuficiencia renal que requiere diálisis. En dicha enfermedad las células del riñón se suicidan al estar inmersas en un ambiente hostil, lo que causa la pérdida progresiva de la función renal. Un grupo del Departamento de Medicina de la UAM ha estudiado las causas y consecuencias del suicidio de las células renales.
La mala alimentación y el sedentarismo han aumentado alarmantemente los casos de niños con síndrome metabólico, una enfermedad propia de los adultos que lleva asociadas numerosas patologías cardiovasculares. Según las estimaciones de un investigador de la Universidad de Granada (UGR), en el año 2020 se habrá cuadriplicado la incidencia de diabetes tipo II en la población infantil.