Investigadores de la Universidad de Salamanca han comprobado que existe una relación entre la discapacidad intelectual y diversos problemas físicos y de salud, como una menor masa ósea o una mayor predisposición a sufrir síndrome metabólico, es decir, la conjunción de factores de riesgo que aumentan la probabilidad de sufrir diabetes o enfermedades cardiovasculares. Después de fomentar la actividad física con un grupo de personas con discapacidad intelectual durante dos años para disminuir su dependencia y su sedentarismo, ahora el objetivo es medir si son factores que incrementan el riesgo de sufrir obesidad y osteoporosis o si, por el contrario, estos problemas están asociados a la propia discapacidad intelectual.