Un nuevo estudio detecta por primera vez una relación directa entre la afinidad de los metabolitos endógenos humanos para sus proteínas nativas y la afinidad mínima que debe tener un fármaco dirigido a estas proteínas. Más de un 90 % de las moléculas candidatas a fármaco no llegan a superar la fase preclínica o clínica por problemas de eficacia o toxicidad.