¿Alguna vez te has preguntado qué piensa tu perro? No eres el único. Para responder a esta pregunta unos 500 ciudadanos de todo el mundo han aportado datos a un estudio acerca de lo que sucede en el interior de la mente de sus mascotas y han contribuido a confirmar, entre otros hallazgos, que sus amigos caninos confían a veces más en su memoria que en su olfato.
¿Por qué los humanos sentimos amor, amistad e incluso apego social por los perros? Posiblemente la evolución de este animal junto a su mejor amigo haya facilitado esta interacción única, pero a nivel biológico es el papel que desempeña la hormona oxitocina –relacionada con la conducta maternal y paternal– lo que genera esta estrecha relación entre especies. Así lo demuestran varios experimentos en los que el simple contacto visual entre el can y su dueño fortalece sus vínculos afectivos.
Muchos perros son sacrificados o abandonados por su actitud violenta, pero contrariamente a lo que se piensa, en la conducta agresiva del perro la raza tiene poco protagonismo respecto a todos los factores que dependen del dueño. Así lo demuestra un nuevo estudio de la Universidad de Córdoba que incluye razas consideradas agresivas por naturaleza como el Rottweiler o el Pitbull. Pero las conclusiones sorprenden: son los dueños los principales responsables de los ataques por dominancia o competencia de sus mascotas.