Dos trabajos de la Universitat de València constatan la importancia de reorientar las políticas de gestión de la costa hacia la protección de las especies que dependen de los hábitats dunares abiertos y de los restos naturales que se depositan en las playas.
Los playas y dunas de nuestras costas son un atractivo turístico incuestionable. Además, son ecosistemas con potencial para la industria farmacéutica y otros sectores productivos, e incluso en el ámbito culinario. La ecóloga Sara M. Vallés lleva años estudiando estos entornos degradados y da las claves para mejorar su situación. La acción individual también cuenta.
Tras analizar las imágenes que tomó la nave New Horizons cuando sobrevoló Plutón, los científicos han descubierto que este planeta enano tiene dunas, y con una particularidad: están formadas por pequeños granos de metano sólido. También resulta sorprendente que estas estructuras se movilicen bajo la extremadamente tenue atmósfera de Plutón.
La conquista española del Perú, que comenzó en 1532, cambió el ecosistema litoral del noroeste de este país. Antes de esa fecha, las dunas estaban llenas de conchas desechadas por los habitantes locales, que ayudaron a estabilizar los montículos. Tras la llegada de los colonizadores, los nativos se desplazaron al interior y la forma de la costa cambió.
Nuevas observaciones de la sonda Cassini revelan variaciones regionales en las dunas de arena de Titán, el mayor satélite de Saturno. Los datos muestran que los mayores campos durares se encuentran en las zonas bajas y ecuatoriales, además de ofrecer nuevas pistas sobre la historia climática y geológica de esta luna.
Algunas de las zonas de dunas más afectadas deben esta inestabilidad al impacto humano. En la foto, cordón dunar seccionado.
Algunas de las zonas de dunas más afectadas deben esta inestabilidad al impacto humano. En la foto, cordón dunar seccionado.