Un nuevo estudio realizado en roedores muestra cómo la adversidad en las primeras épocas de la infancia puede originar alteraciones persistentes en el comportamiento. Los resultados muestran que la separación maternal produce una afectación del sistema de recompensa. Esto hace que los animales sientan menor placer ante el consumo de estímulos positivos como el alcohol, por lo que realizan ingestas más intensas.