La cueva del Parpalló, en Gandía, es uno de los yacimientos paleolíticos más importantes de la península ibérica. En su interior se han encontrado plaquetas de caliza con grabados zoomórficos y geométricos pintados hace más de 14.000 años. Los pigmentos naturales que utilizaron los artistas prehistóricos contenían óxidos de hierro, como los hematites para los tonos rojizos y la goethita para los amarillos, según han comprobado investigadores de la Universidad de Valencia.
Investigadores de las universidades de Salamanca y Vigo han desarrollado un método para identificar los componentes antioxidantes de la miel más rápido, barato y eficiente que los empleados en la actualidad. Han analizado mieles de Galicia con técnicas de espectroscopía de infrarrojo cercano.
Miembros del Centro Nacional de Aceleradores junto con investigadores de la Universidad de Sevilla han estudiado muestras de agua marina de las proximidades de Islandia y Suecia para evaluar las concentraciones de 129I con origen en las plantas europeas de reprocesamiento de combustible nuclear en La Hague (Francia) y Sellafield (Reino Unido).
Un proyecto de colaboración entre el Centro de Láseres Pulsados (CLPU), el Servicio General de Espectrometría de Masas de NUCLEUS de la Universidad de Salamanca y la empresa Iberdrola Ingeniería ha ddo como resultado el desarrollo de un dispositivo capaz de eliminar casi al 100% las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera, principalmente CO2. Los investigadores ya han presentado una patente nacional del primer prototipo del sistema.
El Servicio de Espectrometría de Masas de la Universidad de Salamanca y la empresa Iberdrola acaban de iniciar un proyecto de investigación para intentar separar el dióxido de carbono (CO2) de los gases que emiten las centrales térmicas. El objetivo es comprobar si las técnicas que utiliza la espectrometría de masas para identificar compuestos serían útiles para llevar a cabo esta separación de una manera eficiente, es decir, sin tener que emplear para ello demasiada energía.
El mayor poder puede encerrarse en las cantidades más pequeñas. De la misma forma en que pequeñísimas concentraciones de una sustancia pueden acabar con la vida de una persona, hay otras que son imprescindibles para mantener la salud y curar numerosas enfermedades: son los elementos traza. Y las técnicas “detectivescas” que ha trabajado el grupo de Espectrometría Analítica y de Masas de la Universidad de Oviedo para rastrear estos esquivos elementos también les permite contribuir al desarrollo de nuevos tratamientos contra varias enfermedades, entre ellas la diabetes.