Los resultados obtenidos han diferenciado genéticamente cuatro poblaciones de arrui en África, localizadas en la costa atlántica del Sáhara, el Sáhara central, Túnez y Egipto. Se trata de una un caprino norteafricano en peligro de extinción.
El hallazgo, producido en el suroeste de Portugal y en el que participa un investigador de la Universidad de Sevilla, supone una oportunidad única para luchar contra el cambio climático.
Un equipo internacional liderado por el Instituto de Biología Evolutiva ha identificado indicios de declive genético en el genoma de este animal. La investigación ha logrado reunir la mayor base de datos genómicos de este félido hasta la fecha, que incluye la secuenciación de novo del genoma completo de dos leopardos de Arabia.
Un grupo internacional de investigadores, en el que participa el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, ha trabajado con una selección aleatoria de tres mil especies de distintos grupos del árbol de la vida, incluyendo animales hongos y plantas, y sugiere que no siempre se hacen los esfuerzos necesarios por estudiar y conservar especies clave para sus ecosistemas.
Los moluscos bivalvos como ostras, vieiras o mejillones han filtrado el agua y alimentado a los humanos durante milenios. Un estudio, liderado por Instituto Smithsoniano de EE UU, explica que los rasgos que los han hecho atractivos para el ser humano también han reducido su riesgo de desaparición. Sin embargo, los científicos advierten que solo una gestión sostenible los preservará para las poblaciones futuras.
¿En qué se parece el cambio climático actual y el de hace 56 millones de años, descubierto por Ellen Thomas y su colega James Zachos? Tal y como documentaron estos científicos, aquel episodio fue ocasionado por grandes emisiones de CO2 a la atmósfera. Otra similitud es que se trató de un calentamiento global que produjo largos periodos de sequía, seguidos de fuertes lluvias e inundaciones. “Lo mismo que ocurre y nos toca padecer ahora en todo el mundo”, dice Thomas.
Las altas temperaturas y la ausencia de agua provocan una vegetación más seca y una disminución del alimento para estos animales. Las actuales condiciones climáticas reducen la reproducción y supervivencia de la especie, que se aleja del interior de las zonas urbanas.
El incendio sigue activo y en propagación, en especial en el sector sur, donde se concentran los trabajos, y en la Caldera de Taburiente, de difícil acceso, con alrededor de 200 hectáreas del parque ya afectadas. Preocupan los efectos que puedan tener las altas temperaturas previstas para hoy.
Un estudio liderado por el Instituto de Biología Evolutiva y el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona recupera por primera vez el genoma de Xerces Blue, la primera mariposa en extinguirse en tiempos históricos. Los patrones genéticos encontrados podrían servir para identificar otros insectos en peligro de extinción.