Un estudio del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares concluye que la toxicidad de compuestos farmacológicos utilizados para interferir con la angiogénesis, es decir, la creación de vasos sanguíneos nuevos en el cáncer o en enfermedades cardiovasculares, no se puede explicar por los cambios genéticos que producen.
Investigadores españoles han detectado restos de fármacos, sustancias estimulantes y otros compuestos derivados de la actividad humana en aguas interiores y litorales antárticas. Los científicos urgen medidas más efectivas para reducir su impacto en el medio ambiente.
Los resultados de un estudio internacional con participación española señalan 49 alteraciones genéticas asociadas a un mayor riesgo de padecer la enfermedad en su grado más crítico. Además, los investigadores han encontrado varias dianas terapéuticas que podrían facilitar el desarrollo de nuevos tratamientos, por ejemplo, los basados en estrategias de reposicionamiento de fármacos.
La terapia de respuesta inmunitaria ha supuesto un cambio de paradigma en oncología, pero muchos pacientes siguen sin responder a ella. Ahora, un artículo en Science propone combinarla con los fármacos tradicionales, mediante una aproximación personalizada que permita identificar células resistentes al tratamiento en distintos tipos de tumores.
Investigadores del Instituto de Química Avanzada de Cataluña han desarrollado, de momento in vitro, moléculas farmacológicas que se activan con señales luminosas. El avance abre nuevas vías para tratamientos de mayor precisión de enfermedades como el cáncer.
Investigadores de España y Eslovenia han desarrollado un complejo triple donde el antibiótico ciprofloxacina se une al carbohidrato ciclodextrina a través de un aminoácido, la arginina. En este nuevo formato, el fármaco aumenta su eficacia, su estabilidad y reduce su toxicidad.
La Fundación BBVA ha galardonado a los estadounidenses David Baker y John Jumper y al británico Demis Hassabis por el desarrollo de herramientas de IA que han permitido conocer la estructura de casi todas las proteínas documentadas, tanto de humanos como de animales, plantas e incluso bacterias, un conocimiento que sirve para acelerar el desarrollo de nuevos medicamentos y vacunas, según el jurado.
Henrietta Lackcs murió el 4 de octubre de 1951/ Curro Oñate
La bióloga Ana Cuadrado utiliza las células inmortales de Henrietta Lacks para estudiar los mecanismos moleculares relacionados con el control de la división celular, la replicación del ADN y la respuesta de las células cancerosas a fármacos antitumorales. Como ella, miles de científicos en el mundo siguen utilizando las células de esta mujer afroamericana, que murió un 4 de octubre de hace 71 años de cáncer de útero y cuyas muestras fueron extraídas sin su permiso.
Investigadores del CNIO han descubierto una de las causas de la multirresistencia de algunos tumores a los fármacos, y una estrategia potencial para vencerla. El trabajo se ha llevado a cabo en líneas celulares y, por tanto, está aún lejano de la aplicación clínica.