Un egiptólogo británico plantea la teoría de que detrás de un muro de la tumba de Tutankamón hay una sala oculta con los restos de Nefertiti. Según el experto, la tumba fue construida originariamente para albergar el cuerpo de la bella reina, pero posteriormente fue reutilizada para enterrar al joven faraón, ante su temprana e inesperada muerte. De ser cierta esta tesis, resolvería uno de los grandes enigmas de la egiptología.
Un equipo de investigadores del Consejo Supremo de Antigüedades del Cairo (CSA, Egipto) liderados por Zahi Hawass, secretario general del Consejo, ha establecido las relaciones familiares entre once momias reales del Imperio Nuevo de Egipto para buscar sus características patológicas respecto a afecciones hereditarias, enfermedades infecciosas y relaciones consanguíneas. La conclusión revela algo inesperado: la acumulación de malformaciones en la familia de Tutankamón y la enfermedad de la malaria fueron las causas más probables de su muerte.